Un fin de semana sin corbatas

En camisa, preferiblemente blanca o azul claro, y dejando la corbata en casa -menos Cristóbal Montoro el viernes, «vestido» aún de ministro-; ese ha sido el «look» que se ha impuesto durante la Conferencia Política del PP. Un encuentro de más de 1.200 dirigentes que se cierra esta mañana con la lectura de conclusiones. Entre ellas, la de Andrea Levy, vicesecretaria de Estudios y Programas: «No somos ni el nuevo populismo disfrazado de centristas, ni el viejo comunismo disfrazado de novedad». Ellos son, aseguró, «la esperanza de España».

El formato elegido ha sido muy diferente al habitual: fondo oscuro, iluminación centrada en el orador, ponentes que hablaban de pie, sin papeles y con un tiempo acotado por un reloj omnipresente -tic-tac, tic-tac-, y la posibilidad de que tomaran la palabra los asistentes.s

«Los españoles tienen derecho a discrepar, e incluso a dejar de votarnos, pero nosotros tenemos la obligación de demostrar que somos útiles», señaló Andrea Levy. Pablo Casado, vicesecretario de Comunicación, fue el encargado de hacer recuento de las conclusiones: el PP quiere implantar el principio de «una persona, un voto» en el partido, la limitación de mandatos y también la limitación del número de cargos que puede ocupar una misma persona.

Además, pondrán en marcha la reforma de la ley electoral, que garantice el gobierno de quien obtiene más votos. Casado defendió también, en nombre de su partido, un contrato de deuda moral con las víctimas del terrorismo, y Miguel Ángel Blanco volvió a convertirse en protagonista de la jornada, a los 18 años de su asesinato.

La corrupción también ha estado presente, en el deseo expresado por Casado de «ser implacables con quienes ensucian nuestras siglas».