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Romney, con su mujer. / Foto: Saul Loeb (Afp) | Vídeo: Atlas
Vista general del debate celebrado en la Universidad de Denver. / Foto: J. Bourg (Reuters) | Vídeo: Atlas
Obama y Romney se saludan distendidamente. / Foto: Jason Reed (Reuters) | Vídeo: Atlas
Jim Lehrer, todo un decano de los moderadores de debates presidenciales. / Foto: C. Somodevilla (Afp) | Vídeo: Atlas
Romney, su mujer y sus asesores se relajan antes del debate. / Foto: B. Snyder (Reuters) | Vídeo: Atlas
"La peor forma" de pasar un aniversario de boda
Barack Obama perdió anoche rotundamente el primer debate presidencial y a estas horas perdía la batalla del 'spinning' que ponen las televisiones con sus análisis. Fue un encuentro sin frases memorables que dejará poco sabor en la historia, excepto por los errores del presidente en cuanto al lenguaje verbal. Según la encuesta más inmediata de CNN entre votantes registrados que vieron el debate, el 67% dio por ganador a Romney, mientras que sólo el 35% atribuyó la victoria al mandatario que busca la reelección.
Mitt Romney salió al ataque y obligó al presidente a defender sus cuatro años de gobierno. Con su estilo de profesor condescendiente que se pierde en frases largas, Obama sobrepasó continuamente los dos minutos previstos para cada respuesta sin asestar golpes contundentes a su rival. Nadie entendió por qué nunca blandió la famosa frase de Romney sobre el 47% capturada con cámara oculta, en la que insulta a la mitad de los estadounidenses que reciben alguna ayuda del gobierno. Con aspecto cansado y distraído, el mandatario también ignoró inexplicablemente la cámara, que enfrentaba las imágenes de ambos candidatos. Mientras el republicano le atacaba con decisión, Obama permanecía cabizbajo, leyendo sus notas y haciendo gestos que parecían darle la razón.
Era evidente que el candidato republicano había aprovechado bien el mes de intenso entrenamiento que había dedicado a preparse para los debates. Romney, además, ya traía rodaje gracias a los más de 20 en los que participó durante las primarias. Obama, sin embargo, no participaba en uno desde hace cuatro años. Sus asesores se han quejado de lo difícil que era sacar tiempo de su agenda para entrenar. El presidente sólo se ha concentrado en la preparación durante los últimos tres días en los que se retiró a un hotel de Nevada.
“Este es un hombre que tiene que dirigir un país", le excusó en CNN el demócrata Van Jones, que trabajó en su gobierno. “Romney finalmente logró conectar, lo hizo muy bien contando los temas, hay que reconocerle eso, se le vio presidencial”.
"Este es el lugar más romántico"
Sin duda era el último sitio donde Obama quería estar esa noche, la de su 20 aniversario de bodas. El presidente no dudó en utilizar el recuerdo de ese día para llegar hasta el corazón de la audiencia, pero Romney recogió el guante con soltura. “Estoy seguro de que este es el lugar más romántico que pudieras imaginar, aquí conmigo”, bromeó con una sonrisa empática.
Obama también recurrió a otras historias personales, como la de su abuela fallecida tres días antes de que ganase las elecciones de 2008, pero su estilo distante y dubitativo le impidió conectar con la audiencia. Su propósito en este debate, dedicado a la economía, el gobierno, la reforma sanitaria y, en general, los asuntos domésticos del país, fue dejar en evidencia la falta de detalles en los planes de su rival. En ese sentido lo logró, y según los expertos se beneficiará en el futuro de haberle obligado a ser más específico, con datos que no cuadran.
Romney, por su parte, llegó dispuesto a negar los estigmas de su campaña y no titubeó en rechazar sin arquear las cejas que vaya a bajar los impuestos a las clases más acaudaladas, como propone su plan. El candidato demostró estar bien informado sobre los temas y logró atarlos todos a su promesa de crear empleo, que es la mayor preocupación de los estadounidenses en este momento.
El triunfo de anoche le proporcionará a su campaña un muy necesitado balón de oxígeno. Aunque ambos candidatos van casi empatados en las encuestas nacionales (49% a 45%, con 2.2% de margen de error), Obama le lleva una ventaja más sólida en los estados indecisos que son clave para ganar la Casa Blanca. “Si Romney hubiera pinchado esta noche la competición se habría acabado”, reflexionó el analista David Gergen, “pero ahora tenemos de nuevo dos caballos en la carrera”.
