El «boom» de las renovables se enfrenta al apagón del coronavirus

A pesar de que el Covid-19 trastocará la agenda climática, el sector reivindica su papel de motor de recuperación económica a largo plazo

Aunque el Covid-19 modifique su agenda, la lucha contra la emergencia climática sigue siendo una gran palanca de crecimiento para las renovables ABC

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Energía recobrada. Durante los últimos años, especialmente a partir de las subastas realizadas en 2016 y 2017, el sector de las renovables español ha ido consolidando una progresiva reactivación que comenzaba a aproximarse al momento de ebullición. Tras sumar más de 6 gigavatios (GW) el año pasado, España ya está de nuevo en el «top ten» mundial por capacidad renovable instalada, con 54.592 MW. Una vez rebasada Francia, solo Italia (55.315) y Rusia (55.190) superan a nuestro país en Europa, y las dos están a tiro, según los datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena).

El avance de «Informe del Sistema Eléctrico Español de 2019» de Red Eléctrica también revelaba recientemente que las distintas alternativas renovables representan ya más de la mitad (el 52%) de la capacidad de generación instalada en España. Son hitos que confirman que las energías limpias han vuelto. Y ahora, a diferencia de hace dos décadas, los tiempos, los costes y la tecnología están de su parte. Pero el vuelo del «cisne negro» no perdona a nadie. Como ocurre con otros sectores, el estallido de la pandemia del Covid-19 ya está teniendo un efecto inmediato en la industria renovable, aunque dispar según la actividad y los tamaños de las empresas. Las urgencias económicas y sociales que habrá que atender en los próximos meses ponen también en duda los plazos de la agenda climática y las ingentes inversiones comprometidas para su desarrollo. Aunque el ecosistema renovable se muestra convencido de que tendrá un papel esencial como palanca de recuperación en la reconstrucción económica.

«Hay que ser honestos y reconocer que el Covid va a afectar tremendamente a todos los proyectos de inversión de índole macro. Yo los pondría todos en el congelador. También a los relacionados con el cambio de mix energético. Para bien, para mal o para regular todo se verá afectado. No hay que olvidar que la ONU ya ha aplazado un año la Cumbre del Clima de Glasgow , que era la gran conferencia que iba a revisar todos los grandes compromisos de la de París. El desarrollo de las renovables está ahora parado. Y ya veremos cómo avanza. Pero lo cierto es que los siguientes escenarios serán muy distintos a los de hace unos meses», explica Carlos Andreu, profesor de EAE Business School.

Más allá de nuevos plazos y estrategias dilatadas, Alberto Martín, socio responsable de Energía y Recursos Naturales de KPMG, entiende sin embargo que el nuevo «boom» de la industria renovable no se va a desactivar con la actual coyuntura. Y que, a largo plazo, su mano aún es ganadora. « El parón económico por el Covid-19 no parece estar afectando de momento a los planes de los desarrolladores de energías renovables en España. Aunque el consumo de energía eléctrica y los precios de la electricidad se van a ver afectados a corto plazo, estos son proyectos de inversión a un horizonte de muchos años en los que se espera que estos efectos se hayan recuperado», explica Martín.

La energía eólica aglutina casi la mitad del contingente renovable (46%). La fotovoltaica, un 16%, y el resto un 38%

Jorge Medina Aznar, profesor del Master in International Finance de IEB y consejero de Enefgy, considera en cambio que «en el desarrollo de las renovables ya se anunciaba en España un parón por el exceso de actividad», incluso antes de la pandemia. Y vaticina que ahora «la rentabilidad de los proyectos sufrirá» .

Desde la industria se repiten mensajes sobre el daño limitado de la crisis. «A corto plazo hay dos factores que pueden afectar al desarrollo del sector. Por un lado, la disminución de la demanda. Por otro lado, el descenso del precio del mercado eléctrico, fruto de la mayor penetración de renovables y de esa caída de la demanda. Hemos pasado de un año récord de instalación a unos meses complicados en un abrir y cerrar de ojos», explica José María González Moya, director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA). Pero González de Moya ve disipados los nubarrones en el medio plazo. «Entendemos que la caída de la demanda se recuperará y el desarrollo renovable es una apuesta estratégica, no solo medioambiental sino también de recuperación económica, por lo que creemos que la transición energética se mantendrá como una apuesta firme internacional y nacional », apunta.

José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), señala que «en las grandes plantas en tierra la afección en el medio plazo es pequeña. Se producirán retrasos de algunos meses sobre las fechas de conexión previstas, pero se van a terminar. También los habrá en las plantas que están en tramitación avanzada, porque la administración está trabajando a un ritmo más lento». Sin embargo, Donoso reconoce que el mayor impacto en las plantas puede ser a largo plazo. «Depende un poco de cómo estén integrando las empresas lo que está pasando en el mercado eléctrico. En nuestro sector hay muchas compañías que ya no estaban esperando programas públicos o las subastas, sino que habían decidido ir al mercado con la competitividad que tiene nuestra tecnología. O a través de contratos bilaterales, los famosos PPA, con un cliente final. Pero este mes los precios se han derrumbado. Según interpreten esto como algo coyuntural o como un anticipo de lo que va a pasar en el futuro, los inversores seguirán adelante con sus apuestas o se retirarán del mercado.», explica Donoso, quien insta al Gobierno a frenar esta incertidumbre en torno a los precios «convocando subastas cuanto antes» .

Pero el subsector que más puede sufrir en este contexto es el del autoconsumo, cuyo incipiente despegue estaba alimentando un creciente tejido industrial de pymes . «Aquí el impacto es más dramático. Los clientes de estas instalaciones son en gran medida pequeñas industrias y pymes del sector servicios, los sectores más golpeados por la crisis. Se están posponiendo o abandonando proyectos porque su prioridad ahora es es sobrevivir. La situación es delicada, con el agravante de que las empresas que se dedican a esta actividad también son en su mayoría pymes que se estaban consolidando y generando una gran cantidad de empleo nuevo. Para que eso no se pierda creemos que serían necesarias bonificaciones fiscales a las empresas que sigan apostando ahora por estas instalaciones», explica el director general de UNEF. «Desde el sector privado se deben ofrecer también fórmulas de financiación tipo leasing/renting para este la inversión en este tipo de activos» , añade Manuel de Castro, director general de Opengy, compañía especializada en soluciones de suministro de autoconsumo.

Fortaleza eólica

En el sector eólico, el tamaño empresarial ha sido clave para mitigar los efectos de la crisis, tanto en la fabricación de aerogeneradores como de nuevos parques. «Entendemos que el impacto será limitado tal y como funcionan los mercados eólicos. Hablamos de operaciones complejas reguladas en los países, con subastas. Puede haber pequeños retrasos en los proyectos , pero no interpretamos que haya un problema de estabilidad de negocio ni de liquidez, porque hablamos de compañías globales, con músculo financiero para aguantar diferentes dinámicas. Es hacia donde vamos, un mercado de la fabricación con grandes fabricantes, muy parecido al aeronáutico», explica Juan Virgilio Márquez, director general y CEO de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).

Márquez también advierte un panorama despejado a medio y largo plazo, en el que las renovables podrían liderar el «Grean Deal», el gran pacto verde de la UE que aspira a canalizar un billón de euros en infraestructuras y sectores ecológicos hasta 2030. Un impulso hacia la descarbonización que ahora podría convertirse en el «gran proyecto de reconstrucción en Europa y en España. La agenda climática se ha transformado también en una agenda de competitividad. Hablamos de usar tecnologías que ya son más competitivas y baratas que el resto para apalancar sobre ellas un nuevo modelo de actividad y crecimiento industrial», subraya Márquez.

«La anterior crisis nos enseñó que cuando los estímulos económicos son de puro gasto su efectividad es mucho menor que cuando son en inversiones realmente productivas. Las energías renovables son uno de los pocos sectores en las economías avanzadas que pueden movilizar volúmenes elevados de inversión realmente productiva », coincide Alberto Martín (KPMG).

Las declaraciones de intenciones de las autoridades nacionales y europeas han coincidido estos días en la importancia de mantener la hoja de ruta verde, pero es difícil creer que los plazos se mantengan invariables. Precisamente, hace unas semanas el Gobierno remitía a Bruselas el segundo borrador del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 , el documento que recoge las líneas de actuación de nuestro país para cumplir con los objetivos de reducción de gases invernadero en el horizonte de 2030.

La capacidad de generación que representan las distintas energías renovables en España es del 52%

Carlos Andreu (EAE Business School) cree que este documento es ahora «papel mojado». «Ya necesitaba una revisión incluso sin tener en cuenta el Covid-19. Este segundo borrador solo introduce pequeños ajustes sobre el primero. Ni los objetivos de descarbonización ni los de inversión son ambiciosos. Y solo el 20% de esa inversión es pública. Pero mi crítica principal es que se ha introducido un cambio radical a favor de las redes y la electrificación. Esto beneficia a las grandes compañías del sector eléctrico. Y nos olvidamos de las pymes, en un país donde tienen tanta importancia», subraya Andreu.

Jorge Medina (IEB) coincide en que el PNIEC debería ser «uno de los motores de recuperación en los próximos años, pero es evidente que han cambiado las prioridades de gobierno y empresas en el actual contexto, y una ralentización de las inversiones comprometidas puede hacer que el Plan deje de ser realista y haya que ajustar los pronósticos en el largo plazo», asegura

Para el director general de APPA, José María González, el PNIEC seguirá siendo válido «si existe planificación a medio y largo plazo, si los escenarios finales se complementan con una hoja de ruta anual y bianual, si contamos con un calendario de subastas y si se fijan los mimbres para que las compañías recuperen su inversión a lo largo de la vida útil de los proyectos». «Lo que pedimos sobre todo son unas reglas de juego rápidas, ágiles y adecuadas», remacha José Donoso (UNEF). Pinceladas para teñir de verde un presente que pinta muy negro .

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