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Oficina central de Ibercaja - F. Simón

La falta de rentabilidad augura otro baile de fusiones en la banca mediana

El sector ve operaciones corporativas alrededor de Ibercaja, Unicaja, BMN, Liberbank, Kutxa, Abanca y el Popular

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La crisis financiera forzó una drástica reducción del mapa bancario español de unas 50 a aproximadamente 15 entidades financieras en menos de cinco años. Ahora bien, esa oleada de fusiones y absorciones entre bancos y cajas de ahorros, motivada por la falta de solvencia de parte del sector, podría no ser la última. En un contexto en que los actuales bajos tipos de interés pueden prolongarse en el tiempo, de todavía elevada morosidad y de mayor racionalidad financiera por parte de los clientes, no hay mercado doméstico para tantos competidores. La necesidad de ser rentable en ese escenario forzará nuevas fusiones y absorciones, este vez entre la banca mediana.

Según coinciden en señalar todas las fuentes financieras consultadas por ABC, las entidades llamadas a participar en ese proceso son Ibercaja, Unicaja, Kutxabank, Liberbank, BMN y Abanca, aunque tampoco se descarta que lo haga el Popular.

Desde el sector aseguran que actualmente no hay conversaciones ni negociaciones en marcha, pero que será un proceso natural que la evolución del negocio no tardará mucho en imponer.

Superados los años de saneamiento, todas las entidades del país se han puesto como meta volver a hacer negocio y recuperar rentabilidad, que justo antes de la crisis llegó a superar de media el 20%, medida como los beneficios sobre los recursos propios. Ahora, aunque con muchas diferencias entre unas entidades y otras, está en torno al 5%.

«Las rentabilidades del 20% no las volveremos a ver y eso es bueno, porque fueron un reflejo de la burbuja y la exuberancia financiera», dijo ayer viernes el presidente de la patronal bancaria (AEB), José María Roldán. «A medio plazo debería aproximarse al 10%», añadió, indicando que, para llegar a ella, así como para abordar la unión bancaria, posiblemente sean necesarios nuevos movimientos corporativos.

Una de las principales palancas de esas fusiones será el actual escenario de bajos tipos de interés, que hace que el crédito bancario sea más barato y por tanto aporte menos ingresos a las entidades, y que se espera que, debido a la política monetaria, se prolongue durante varios años. Además, la morosidad, que el pasado febrero se situó en el 12,49% de los créditos concedidos, según datos del Banco de España, sigue siendo un lastre. Y el desendeudamiento del sector privado se traduce en una menor demanda de financiación.

Casi todos los grupos bancarios están intentando sortear esa realidad con productos más rentables y que aporten más comisiones, como los fondos de inversión, cuya comercialización se ha disparado. Las entidades asociadas a la AEB obtuvieron el año pasado un beneficio de 9.834 millones de euros, un 35% más que en 2013, gracias a las menores necesidades de provisiones y a una normalización del negocio, según los resultados presentados ayer por la asociación. Pero la cifra final de las ganancias no es suficiente.

A falta de que la patronal de las mencionadas cajas (CECA) presente los resultados de sus socios, las cuentas de 2014 presentadas de forma individual por cada una de esas entidades evidencian que esa mejoría de la actividad bancaria no ha llegado a todas, y sus crecientes beneficios están apoyados en muchos casos en la operativa con instrumentos financieros, como señaló el pasado martes en el Congreso de los Diputados el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy, en referencia a las cuentas de Abanca.

Es decir, el margen de intereses (diferencia entre lo que ingresan por los intereses de los créditos y lo que pagan por los depósitos) de casi todas esas seis entidades mencionadas sigue a la baja, mientras empieza recuperarse entre la gran banca. En este sentido, la entidad aragonesa Ibercaja y la andaluza Unicaja son, según las fuentes consultadas, las dos más fuertes de ese grupo y las que podrían liderar alguno de los futuros procesos de consolidación entre esos bancos. Liberbank, por su parte, se presenta como una entidad atractiva para absorber por el hecho de cotizar ya en Bolsa.

Otra debilidad de estas entidades es su nula presencia en el extranjero. «Es muy difícil hacer rentable el actual entorno del mercado español, así que sólo con negocio en nuestro país las cuentas no salen», explica un alto directivo. Eso ha obligado al Sabadell a dar un salto internacional con la reciente adquisición del británico TSB. Y por eso también el Popular rastrea el mercado iberoamericano en busca de una compra que le permita diversificar sus fuentes de ingresos. Los citados bancos regionales, por su parte, son sólo líderes en sus comunidades: necesitan ganar tamaño y hacerlo con una integración que les permita ahorrar costes.

«Ahora hay 14 bancos, pero creo que quedarán seis o siete», dijo hace una semana el presidente de Caixabank y de la CECA, Isidro Fainé, abriendo el debate sobre un proceso que todo el sector ya da por hecho.

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