Eurocopa 2016

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Eurocopa Francia 2016 - Selecciones

El principito del gol

Francia celebra extasiada la eclosión de la 'generación Griezmann', el superhéroe heredero de Platini y Zidane, sus ídolos eternos

El principito del gol

Fenómeno. Gigante. Duendecillo genial. ¿Heredero de Platini? Los medios franceses rivalizan en elogios hacia Antoine Griezmann, su principito del gol. Incluso el diario gratuito '20 minutes' ofreció a sus lectores en la última página una careta recortable del rostro de la victoria histórica sobre Alemania. 'Griez-Man' es el nuevo superhéroe del fútbol galo, el obseso del mate y del remate en el que todo un país martirizado por las desgracias ha depositado las esperanzas de llevarse un merecido alegrón.

 Francia asiste en «éxtasis», titular a toda plana en portada de 'L'Equipe', a la epifanía de la 'generación Griezmann'. «El equipo de Francia está en la final de la Eurocopa, como la generación Platini en 1984, como la generación Zidane en 2000 y no hay ninguna necesidad de rascarse la cabeza para encontrarle un nombre: entra aquí generación Griezmann», escribe el diario deportivo con la fórmula empleada en el ingreso de los grandes prohombres de la patria en el Panteón, su necrópolis en lo alto del Barrio Latino.

Los ídolos de las glorias pasadas ya cuentan con un digno heredero. «Antoine Griezmann encarna a los 'Bleus' como solo algunos gigantes del fútbol francés lo habían hecho antes que él. El Platini de 1984 y el Zidane de 1998 y 2000 son referentes con los que el de Mâcon aguanta la comparación», certificó el diario 'Le Parisien'. 'Le Figaro' confió en su «sonrisa angelical» para hacer realidad el designio cabalístico que proclama a Francia campeona de la Eurocopa cada 16 años: 1984, 2000 y 2016, que «está a su alcance».

«Tenemos un nuevo héroe, un goleador que puede hacernos ganar títulos», sentenció Thierry Henry, campeón mundial en 1998 y europeo en 2000, comentarista ahora de la BBC. «Antoine Griezmann es el hombre clave, todos sabíamos que podía jugar a ese nivel en este tipo de partido», valoró emocionado el máximo goleador histórico de los 'Bleus', con 51 tantos.

«Todavía estoy muy lejos de Platini, espero acercarme algún día», declaró sin fingida modestia el ídolo humilde en la resaca de sus dos goles victoriosos a Manuel Neuer, el considerado mejor guardameta del mundo. La estrella estrellada en la poltrona de la UEFA y el lucero naciente son los dos únicos futbolistas que han logrado sumar seis o más goles en una misma edición del campeonato europeo. Platini totalizó nueve en cinco partidos para levantar la copa en 1984. El último, de golpe franco con la pelota escurrida bajo el cuerpo de Arconada, que da nombre desde entonces a las pifias de los porteros en Francia.

Cuando aquella derrota de España en la final del Parque de los Príncipes, el principito de Mâcon todavía no había nacido. Sí se acuerda del último trofeo conquistado por su país el 2 de julio de 2000 en Róterdam contra Italia pues tenía nueve años. «Cuando Trezeguet marcó el gol de oro y se quitó la camiseta, recuerdo que estaba en casa con mi familia y mis amigos, todos estábamos gritando de alegría», rememoró.

Griezmann, que lleva además tres asistencias, tiene el récord de Platini a tiro de triplete en la final. «Estoy muy feliz, pero espero que esto no se detenga aquí. Aún queda un partido, tenemos que tener los pies en el suelo», advirtió con pragmatismo digno de Didier Deschamps, el técnico rendido a la evidencia de que rinde más como segunda punta y no relegado a la banda donde lo colocaba al principio. «Antoine es un gran jugador. Es además alguien muy generoso en defensa. Es una ventaja tener un jugador como él, capaz de marcar y hacer que jueguen bien los que están a su alrededor», ensalzó el técnico de Bayona.

El nieto de futbolista portugués, jugador del Paços de Ferreira, busca formalizar su candidatura al Balón de Oro contra el país de su abuelo materno. Ante Alemania espantó el fantasma de su penalti marrado 38 días atrás en la final de la Liga de Campeones con el Atlético de Madrid frente al Real Madrid de Cristiano Ronaldo, su eterno rival en los campos y las votaciones. «Tenía el acuerdo para volver a tirar un penalti en un momento importante. Estoy contento de haber tomado la decisión y de haber marcado», reconoció liberado de aquel lanzamiento estrellado en el travesaño de San Siro.

Griezmann celebró su doblete con la simulación de hablar por teléfono con sus manos. «Ese gesto viene de un baile en 'Hotline Bling', el clip de Drake», explicó tras el doblete que sirvió para la remontada a Irlanda (2-1). El primer tanto en el torneo, a Albania, lo festejó con un dedo en la boca a modo de chupete en honor a Mia, nacida el pasado 8 de abril de su relación con Erika Choperena, su pareja desde los tiempos en la Real Sociedad.

Descubierto por Eric Olhats, ojeador del club donostiarra, aquel prometedor chaval había sido descartado por canijo y endeble por las canteras del Olympique de Lyon, Auxerre, Saint-Étienne, Montpellier y otros equipos franceses cegados por el músculo en la caza de talentos. Ahora la promesa ya confirmada está valorada por un reciente estudio del Observatorio del Fútbol en 120 millones de euros, justo por detrás del trío de ases formado por Messi (211 millones), Neymar (201) y Ronaldo (138). Pero su cotización como su meteórica proyección siguen al alza sin que hayan tocado techo todavía cuando el futbolista pródigo acaricia la gloria de ser profeta en su tierra.

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