El primer recuerdo que Juanfran (9 de enero de 1985, Crevillente) tiene de la selección es del Mundial de Francia, aquella fatídica cita de 1998 con Javier Clemente en el banquillo. «Me acuerdo del partido de Nigeria, comenzamos ganando con gol de Rulo (Raúl) y luego nos marcaron un par de goles extraños», relata. Ahora, Juanfran es el lateral derecho de España, tan fijo para Vicente del Bosque como para Diego Pablo Simeone en el Atlético de Madrid. Habla con seguridad y hasta transmite ese optimismo del que presume antes de la cita del lunes contra Italia. Aunque viva del partido a partido, Juanfran se imagina el 10 de julio en París celebrando la mayor de las fiestas.

—Tiene ese recuerdo infantil de Francia y ahora es titularísimo en este equipo.

—Bueno, más que eso, me siento importante. Cuando inicié mi andadura en 2012, que fui a la Eurocopa, no participé. Salimos campeones. Para mí, estar en la selección es lo más importante del mundo. Y me doy cuenta de que valoro mucho todo lo que me está pasando, eso me da fuerzas para dar lo mejor de mí. Me ha costado mucho ganarme esta titularidad o este estatus dentro de la selección. Llevo cuatro años viniendo a la selección, con momentos que he dejado de estar, como después de aquel partido contra Francia (un fallo suyo en el Calderón permitió que los galos empataran en el último suspiro)... Y no me castigaron por eso, realmente mi rendimiento bajó en el Atlético de Madrid y luego Del Bosque volvió a confiar en mí. Estoy muy contento y orgulloso y lo doy todo, no puedo dar más a la selección.

—Antes venía a lo que se dice hacer grupo, según apuntó Pedro.

«Pedro se dio cuenta de que a lo mejor no era el momento idóneo, pero nuestro apoyo lo tiene»

—A mí me hubiese gustado jugar algo en 2012 o en Brasil, que solo disputé el tercer partido cuando ya estábamos eliminados. Tenía en la cabeza, y es lo que ha de tener todo el mundo en mente, que lo más importante es la selección, es defender a tu país. Hay que respetar a todos por igual. Puede valer un minuto o cinco tanto como jugar los noventa. El míster, el Cholo, nos habla mucho de eso: no importa la cantidad, importa la calidad de los minutos. En quince puedes aportar algo que otro ha necesitado 70. Y a lo de Pedro yo no le daría demasiada importancia, no más de la que le hemos dado nosotros. Hemos hablado con él, él se dio cuenta de que a lo mejor no era el momento idóneo, pero nuestro apoyo lo tiene porque es un grande como persona y como futbolista. Ha dado mucho a la selección y lo seguirá dando. Algo dentro de mí me dice que Pedrito va a ser importante de aquí al final. Va a dar lo mejor de sí y lo está dando, no le doy más vueltas.

—Viendo dónde ha quedado España en el cuadro, ¿cuántas vueltas le han dado al último gol de Croacia?

—Lo hemos hablado, sí. Pero es algo que nos ha podido venir bien. Hablé el jueves de que pudimos tener un exceso de confianza. Llevamos diez años todos compitiendo, me ha pasado 3.000 veces en la carrera tener un escenario así y los diez últimos minutos de un partido en muchos casos no se juega. Y más en el Atleti. A lo mejor se puede parar el juego, se hace una falta, interrumpes... Eso nos pasa por lo siguiente: ya estábamos clasificados, habíamos dominado en general, tuvimos ocasiones, acabábamos de fallar un penalti... Todas esas situaciones hacen que ese pequeño exceso de confianza salga a flote. Mejor que nos pase ahora, que eso no nos echa. Si nos pasa lo mismo en octavos o en cuartos, es para matarnos, entre comillas. Nos sirve para reflexionar, nos sirve para el partido contra Italia y nos debería servir para cuartos, semifinales y final. Mejor que ese mal momento fuera ahí que no después.

—Lo que pasa es que deja mal sabor de boca.

—Pienso que no puede empañar todo lo bueno que hemos hecho. Esa última media hora ensucia todo lo bueno que hemos hecho desde que ha empezado el campeonato, y han sido cosas muy buenas.

—Es que España es de extremos.

—Claro, hasta yo era extremo antes... ¡En España somos de extremos! Y es normal, porque incosncientemente la gente habla cuando pierdes. Cuando un equipo gana, se habla de lo bien que va todo. Los que estamos metidos en esto sabemos dónde estamos, así que a mí no me preocupa. Hay que estar tranquilos y debemos saber lo bien que lo estamos haciendo.

—¿Físicamente están bien? Pareció que ese gol antes del descanso les dejó tocados y luego el partido quedó muy abierto.

—Sí, estamos bien. Contra la República Checa y Turquía no estuvo tan abierto. Más allá de que Croacia tiene un muy buen equipo, es una gran Croacia. Pero nosotros en esos momentos tenemos que hacer mejor las cosas. Y las vamos a hacer mejor y quizá nos podemos volver a cruzar con Croacia.

—¿Puede que les motive más el tener a un rival de peso como Italia?

«La exigencia nos une y el equipo se crece. Competir contra las mejores nos puede venir bien»

—Yo creo que nos va a unir. Nos va a unir más a nosotros y también con la gente. Si nos hubiera tocado Portugal, todos diríamos que la eliminatoria es muy complicada. Pero no creo que Francia o Alemania lo tengan hecho contra Irlanda o Eslovaquia. Aquí nadie regala nada, es la realidad. Si nos hubiera tocado Portugal, o cualquier otro tercero de grupo, nos complicaría la vida. Pero competir contra las mejores nos puede venir bien para dar todo lo que tenemos. Si vas pasando de fase, vas reforzando tu fútbol y te haces más fuerte. Cuando haces bien las cosas, te rellenas, te sientes más fuerte. La exigencia nos une y el equipo se crece.

—¿Les sirve de referencia el amistoso que tuvieron contra Italia en marzo, en el que empataron?

—No sabíamos cómo iban a jugar ese día, si con línea de cuatro o de cinco. Me acuerdo de que jugaron con línea de cinco, estaba Motta y tenían dos puntas, Pellè y Eder. Nos van a jugar con esa línea de cinco como han hecho en el resto del torneo. Es una seña de identidad de Conte, que jugaba así con la Juventus. Lo que quieren es robar y hacer transiciones rápidas. Se parece un poco a nuestro Atlético de Madrid, pero nosotros no jugamos con cinco atrás. Jugamos con Filipe y conmigo, que subimos y bajamos todo el rato... En el Atlético tenemos más reforzado el centro de campo. Este partido va a ser diferente a ese amistoso de Udine porque sabemos cómo juegan ya. No habíamos jugado contra la Italia de Conte y han mejorado en muchas cosas. En la faceta defensiva y en las transiciones rápidas son peligrosos. Habrá que estar muy atentos.

—¿A un defensa como usted le motiva jugar contra Italia?

—Sí, por intentar hacerles daño. Tú haces un gran partido contra Italia, con toda su historia, les haces ocasiones y ganas, y sales muchísimo más reforzado. Un poco más que contra otra selección, así es el fútbol. En el Atlético nos tocó en la Champions Barcelona y Bayern y ¿cómo salimos? ¡Madre mía! Salimos reforzadísimos al ganar a dos de los mejores equipos del mundo, dos de los cinco mejores. Un gran partido contra Italia nos dará fuerzas para lo que resta de la Eurocopa

—¿Ha visto a otro equipo jugar mejor que España en la Eurocopa

—Jugar mejor... Es que yo también tengo ese debate en el Atlético. Cada selección juega a su manera, lo mejor que hay es que cada una juega diferente. Cada uno explota sus virtudes y nosotros jugamos bien por eso. Tenemos el balón, circulamos rápido, intentamos buscar entre líneas, juego de posesión que nos ha transmitido al Barça y que se aplicó en la selección primero con Luis Aragonés y ahora con Vicente... Eso es jugar bien para nosotros. Pero para Italia jugar bien quizá es defender, hacer buenas transiciones y en tres pases meterte en el área. Eso para mí también es jugar bien, es jugar inteligente y explotar lo que uno sabe hacer. España, para nuestro fútbol, es la mejor, pero no quiere decir que juguemos mejor que otras selecciones porque cada uno puede jugar perfecto con lo que tiene.

—Ha estado aquí su familia estos días y su hijo Óliver ha sido de los que más ha jugado en los entrenamientos. ¿Estará en París?

«Ya le he dado más de un disgusto este año a mi hijo Óliver, así que me toca darle alguna alegría»

—Para octavos no podrá, pero volverá. Ya le he dado más de un disgusto este año, así que me toca darle alguna alegría. Lo que más quiero es ganar para que esté feliz. Cuando se pone la camiseta del Atlético y de la selección, con el nombre de su papá, es el niño más feliz del mundo.

—¿Ve a España campeona?

—Pues sí, pero como el Cholo nos ha enseñado a vivir con el partido a partido, lo importante es el presente. Primero Italia. Y ganarle nos hará más fuertes. Hay selección para hacer cosas importantes y debemos seguir con la misma mentalidad y el mismo corazón que el que hemos puesto.

—¿Le molesta que se le vaya a preguntar el resto de su vida por el penalti que falló en penalti?

—No me molesta. Sé que tendré que vivir con ello. Mi hijo es el que más me lo ha recordado de todos...

—¿Qué le dice?

—Que el próximo hay que meterlo, que lo tiré al palo... No me preocupa que la gente del fútbol me lo recuerde. Pero hay personas, que supongo que serán del Madrid, que me dan las gracias por fallar el penalti, por hacerles campeones... Esa gente se piensa que ese comentario me duele o me debilita. Al revés, a mí me fortalece. ¿Qué hace pensando en mí? ¿No tendrá preocupaciones en su vida para estar pensando en mí? Como es algo que llevaré dentro, me hará fuerte. Me hubiera gustado meterlo, ¿eh? Y el próximo que tire lo meteré seguro...

—Quizá el mismo lunes si hay tanda...

—Yo quiero que no haya, pero no porque le tenga miedo. No queremos sufrir, este año ya he tenido suficiente con los penaltis este año. El día del PSV, el día de la Champions, el otro día con el de Ramos... A lo mejor el kharma o algo especial quiere que los partidos se resuelvan por penaltis.