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Cádiz CF-Balona (2-2): El Cádiz CF especula y al final lo paga

El equipo amarillo se deja empatar en la segunda parte tras darle la vuelta al marcador

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Cádiz CF y Balona empataron la pasada temporada en Carranza
Cádiz CF y Balona empataron la pasada temporada en Carranza

El Cádiz CF, como un agente de bolsa, especula con su cuantiosa renta, juega con sus puntos de ventaja, dosifica su ‘dinero’ y apuesta cuando lo cree conveniente. En El Palo amarraba el empate porque la competición no le exigía más, y ante la Balona manejaba sus cartas con una frialdad que necesita de mucha veteranía para ganar la partida.

Salía lánguido, apolotronado en esa ventaja, y reaccionaba a lo campeón ante el inesperado gol linense. Pero en la segunda mitad se dedicaba a especular con el resultado, quería sumar los tres puntos sin mojarse, guardando la ropa, y al final se empapaba con un empate agrio y merecido. Ya no había tiempo para más. ¡Qué difícil es marcar uno mismo el ritmo, el tiempo, sin nadie que apriete! Porque el UCAM, a la espera de lo que haga este domingo, no parece que vaya a decir mucho más.

El Cádiz CF ya se presume campeón. Los futbolistas son personas, no máquinas que se puedan programar, y no son inmunes a todos los comentarios que se generan a su alrededor. En una semana en la que se habló de todo (Van der Vaart, Oviedo, ‘Play off’…) menos del encuentro ante la Balona, los pupilos de Claudio saltaban al césped adormilados, desconcentrados, sin la tensión necesaria para hacer frente a tan férreo adversario.

Escobar sorprendía cediendo el balón a los amarillos, ‘limpitos’ hasta llegar a la medular, donde los perros albinegros mordían con fiereza. Cuando los locales superaban esa ‘línea Maginot’, asustaban en el balcón del área con las internadas de Migue pegado a la derecha y los movimientos de Jona. Sin embargo, a Mantecón y Espinosa les costaba sacar con claridad la bola.

El jienense arriesgaba y perdía un balón peligrosísimo en mediocampo que la pericia de Fall en el servicio y el acierto de José Ramón convertían en el primer gol del duelo. Helado se quedaba Carranza, que temía que el exceso de relajación se convirtiera en una constante en este tramo final de temporada ante la ausencia de motivación.

Ante estas circunstancias un equipo cualquiera siente las dudas, le asalta la desconfianza, se queda mareado y perdido. Pero el Cádiz CF no es un equipo cualquiera. La escuadra de Claudio ofrecía una respuesta de campeón. De líder.

Asumía el control de la situación, cerraba la puerta a la ansiedad y basculaba de banda a banda para encontrar los huecos necesarios para asaltar la zaga albinegra, insegura durante toda la temporada. Migue a pierna cambiada lideraba la ofensiva y un centro algo retrasado al punto de penalti lo convertía en pase de gol Jona con un excelente giro de cabeza. Mantecón, entrando desde atrás, consumaba la igualada.

Un minuto después, Airam aprovechaba el bullicio en el área y colaba su disparo entre el gentío, con el portero despistado ante la falta de visión comiéndose el tiro por el centro. El canario recuperaba la alegría del gol y con su tanto los amarillos volteaban el luminosa con una contundencia suprema.

Consumada la empresa más difícil, el Cádiz CF se encargaba de acabar con la preocupación de caer en un nuevo estado de relax. Buscaba con ahínco el tercero, como en las mejores fases con Claudio, y tanto Migue en dos ocasiones como Jona con un gran testarazo rozaban el objetivo antes de la tregua.

La ‘Recia’ Balona arrancaba con fuerza tras el descanso. Se juegan el ‘play off’ y al menos hay que puntuar en Carranza. Chico y Fall tiraban fuera y Aulestia despejaba un disparo de Juampe en apenas cinco minutos.

El Cádiz CF daba un paso atrás sin conseguir lanzar un buen contragolpe.

El paso del tiempo dejaba a una Balona con dominio e intención pero falto de fuerzas y eficacia y un Cádiz CF cada vez más tranquilo.

Como un oasis en medio de una segunda parte plana y aburrida, Migue García levantaba de sus asientos a la afición con una jugada escandalosa que Gallardo ‘estropeaba’ evitando el tanto en última instancia. El extremo cadista se relamía en el área, y cuando amagaba el disparo pisaba la bola y soprendía con una ‘delicatessen’ que despejaba el defensa cuando ya se olía el gol.

Tenía el tercero el de Huelma, como también Óscar Rubio, que se topaba con Soler. Cuando la Balona parecía perder fuelle, el atacante albinegro agarraba el esférico en mediocampo y avanzaba metros sin que nadie saliera a su paso (papelón de los dos medios amarillos). Abría a banda y el pase atrás lo enganchaba Canario para igualar la contienda.

Otro golpe y de nuevo reacción del Cádiz CF, que lastimosamente ha de encajar para reaccionar. Los amarillos terminaban arrinconando a su rival, que seguía creando mucho peligro al contraataque, y en esa ruleta rusa todos se quedaban como empezaron. Con reparto como buenos hermanos.

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