El Viti, en una de sus catorce Puertas Grandes en Las Ventas
El Viti, en una de sus catorce Puertas Grandes en Las Ventas - ABC

Sol y sombra en la alternativa de El Viti

Saltó al ruedo un espontáneo al que dieron la extremaunción en la enfermería

MADRID Actualizado: Guardar
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Santiago Martín "El Viti", palabras mayores cuando se habla del toreo y mas aún cuando se revisa la historia de la plaza de toros más importante de mundo. El 13 de mayo de 1961, un joven salmantino se anunciaba en Las Ventas para tomar la alternativa de manos de Gregorio Sánchez, ante Diego Puerta y con toros de Alipio Pérez Tabernero Sanchón. Al final de la tarde El Viti abrió la Puerta Grande del coso madrileño, fue la primera vez de las otras trece más que le siguieron. Con 14 salidas a hombros de Las Ventas, es el torero que más veces ha cruzado el umbral de la gloria del toreo.

Pero volvamos a la corrida de la alternativa. Cortó una oreja a cada toro.

En el del doctorado ya convenció al crítico de ABC. Escribió el Caña: "Un natural. Dos. Tres. ¿Qué ha sucedido? ¿Son las ramas de las encinas agitadas por el aire? No. Son aplausos. Cálida ovación. Los tres naturales han sido impresionantes, dotados de un temple especial que pudiéramos llamar temple salmantino. La muleta iba por el aire suave, muy suave. El toro la seguía atemperado a su vuelo como el del palomo al de la paloma...", y sentencia Cañabate: "Se abre en el ruedo de la plaza de Madrid la esperanza de un torero que torea templado, con temple muy personal". Pese a su poca finura con la espada consiguió una oreja, como en el que cerró plaza, un sobrero de Escudero Calvo, ante el que "el temple salmantino volvió a engatusarnos de manera gozosa".

Pero la tarde, tan feliz para el joven torero, se tiñó de sangre en el quinto toro cuando saltó al ruedo un espontáneo que fue cogido de manera dramática. Hasta cinco cornadas recibió, tres de ellas gravísimas. En la enfermería le dieron la extremaunción: "La cogida había sido terrible, pero creo que en la impresión de la gente prevaleció el remordimiento por esa morbosa complacencia con que alienta a estos infelices alucinados por el halago de la torería".

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