El contratenor Xavier Sábata
El contratenor Xavier Sábata - JAVIER DEL REAL

Xavier Sabata, un solo cantante para tres papeles

El contratenor catalán ofrece un recital con obras de Haendel dentro de las actividades paralelas del Teatro Real

Madrid Actualizado: Guardar
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«Monodrama: Rinaldo para un solo cantante»: es el título que el contratenor catalán Xavier Sabata (Aviá, Barcelona, 1976) ha dado al recital que protagonizará mañana en el Auditorio Sony de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en la Plaza de Oriente. El concierto, incluído en la programación del Teatro Real, se inscribe dentro de las actividades paralelas organizadas por el coliseo esta temporada, y acompaña a las representaciones de la ópera «Alcina».

Sabata, uno de los más reconocidos contratenores de la actualidad, interpretará en este recital arias de tres personajes distintos de la ópera «Rinaldo», de Georg Friedrich Haendel: Rinaldo, Eustazio y Goffredo. «He cantado anteriormente los tres papeles en distintas producciones -dice el contratenor-; son personajes muy diferentes, y también lo son las arias que interpreto».

Actor -y saxofonista- antes que cantante, Sabata quería «trabajar la teatralidad en un espacio pequeño»; a los tres personajes pretende darles su propio color dramático. «Rinaldo es un perro de guerra usado por el poder; es también un hombre lleno de dudas e inseguridades. Goffredo es el militar de carrera, y le ocurre algo similar. Y Eustazio es el pilar espiritual, que en la versión de 1731 (la primera data de 1711) desaparece; está un poco menospreciado, aunque es un gran personaje».

La formación que acompaña al contratenor es absolutamente inusual: un violín (Simos Papanas) y un clave (Markello Chrysikopoulos). «El reto era transportar el color de la orquesta con un violín, pero Simos logra colores y sonidos increíbles». Haendel -dice Sabata- es un genio con un potencial mayor que otros músicos barrocos. Nosotros hemos transformado "Rinaldo" en otra cosa; más desacomplejada estilísticamente, y con una dimensión totalmente distinta. La música barroca tiene un punto de improvisación, lo mismo que el jazz, y esta formación nos permite esta flexibilidad en el tempo».

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