Muse, de nuevo en ruta
Muse, de nuevo en ruta - ABC

FIB: la apuesta por la electrónica y el rap

El festival se renueva para recuperar sus mejores cifras de asistencia

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Con la electrónica de masas y los sonidos urbanos del rap y el grime por bandera, el Festival Internacional de Benicasim abrió ayer una edición fundamental, con la que esperan pegar la remontada. Alentados por las cifras de asistencia del año pasado –se detuvo la sangría de público que venía afectando al evento desde 2011 aproximadamente–, las fuentes oficiales alzan sus objetivos hasta los 140.000 asistentes (25.000 más que en la última edición).

Para conseguirlo, la fórmula pasa por seguir jugando la baza de la música de baile –sin experimentalismos excesivos, que para eso ya está el Sónar–, y en consecuencia desplazando al arcén el llamado rock independiente. Los sonidos «indies» más comerciales ya han sido chamuscados por el 90% de los festivales nacionales, mientras que en la faceta más arriesgada del rock el Primavera Sound ya les toma demasiada ventaja.

Así las cosas, para salvar los muebles el FIB ha optado por pensar en grande y dirigirse a la chavalería, con la mirada puesta en las reproducciones de Spotify (Major Lazer, Kendrick Lamar, The Kills, Bloc Party, Jamie XX) y la oreja adosada a los DJ que lo parten en las pistas de baile físicas o radiofónicas (Hannah Wants, Disclosure, Mr. Oizo). No faltarán tampoco este fin de semana grandes clásicos contemporáneos como The Chemical Brothers (encabezan el cartel del viernes), Dj Shadow y Massive Attack (estos dos previstos para el domingo).

La jornada de ayer jueves, cerrando el escenario Las Palmas con Major Lazer (suyos son hits absolutos como «Light it up» y «Leon On») y Mr. Oizo, puede entenderse como toda una declaración de intenciones. La cosa va de sumirse en el gozo liviano pero efectivo de la electrónica comercial. Les precedían, entre otros, el rapero Skepta y la británica Georgia, con su propuesta grime-pop en la estela de MIA. Porque hay que decir que el de este año es un cartel que también viene aderezado con sus adecuadas dosis de «rarismos». De los que marcan la pauta del futuro inmediato.

No es que el rock haya desaparecido, ni mucho menos. A lo largo del fin de semana pasarán por los escenarios del FIB bandas como Muse (la gran apuesta del sábado) y los papás del pospunk y la new wave británica Echo and The Bunnymen (quizás el único guiño a los cuarentones). En la letra pequeña también encontramos propuestas interesantes con guitarras como The Vaccines, Mac Demarco (onda lo-fi al estilo Kurt Vile y John Maus), Gaspard Royant (una nueva promesa soul) y otras menos conocidas –pero que nadie debería perderse–, como The Zephyr Bones, Fidlar y The Shivas.

Bandas nacionales

Uno de los motivos de mayor satisfacción para Melvin Benn en su primer año como director del FIB fue la constatación de que el público español vuelve. Poco a poco, pero vuelve. En 2015, este segmento creció un 25% gracias en buena parte a la inclusión de un número mayor de bandas nacionales.

En esta edición se repite la estrategia, con la participación de grupos como La Habitación Roja, conocidos por la fidelidad de su público y su gran poder de convocatoria (el año pasado este papel lo ejercieron Los Planetas, por ejemplo). También se ha contado con proyectos más minoritarios, pero ciertamente especiales, como Aries, Fasenuova, Juventud Juché, Solo Astra, Soledad Vélez o Ramirez Exposure. A ellos les corresponde dejar bien alto el listón ante unos espectadores demasiado acostumbrados a idolatrar a sus compatriotas.

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