El ministro de Cultura de Francia, sobre Polanski: «El genio no es una garantía de impunidad»

Tras la última acusación de violación, la élite gubernamental de la cultura francesa está tomando posición contra el cineasta

El cineasta Roman Polanski, en París REUTERS

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Franck Riester, ministro de Cultura de Francia , ha clavado un puñal no del todo imaginario en la espalda cívica de Roman Polanski , declarando ante la élite del cine francés, reunido en «cónclave» en el Centro Nacional del Cine (CNC): «El talento no es una circunstancia atenuante. El genio no es una garantía de impunidad».

La semana pasada, la actriz y fotógrafa Valentine Monnier declaró que Polanski la había violado en 1975 . Y justificó de este modo su tardía denuncia, cuarenta y cuatro años después: «Familiares, amigos, mi esposo, un antiguo guionista y colaborador de Polanski, conocían la historia, que les conté yo misma. Durante muchos años intenté olvidar. La historia volvía a ser un problema, con mi esposo, cada vez que se estrenaba una nueva película de Polanski. Su última obra ha sido, para mí, la gota que desborda un vaso de agua sucia. Su nueva película se llama “Yo acuso”. Y cuenta la historia del más célebre de los errores judiciales de la historia de Francia. El caso del capitán Alfred Dreyfus, a finales del siglo XIX. Émile Zola, el padre de la novela naturalista francesa, se hizo célebre publicado una carta dirigida al presidente Félix Faure, que se titulaba simplemente “Yo acuso”… Un siglo más tarde, Polanski tiene la desfachatez de utilizar ese mismo título para su nueva película, presentándose por todas partes como una víctima perseguida, como lo fue Dreyfus… Ha sido algo insufrible, para mí: contemplar el espectáculo del hombre que me violó, cuando tenía quince años, presentándose como una “víctima perseguida”… de ahí mi determinación en la denuncia, apoyada por mi familia».

Monnier ha escrito a Brigitte y Emmanuel Macron contando su historia. El presidente y su esposa guardan silencio. Pero, la semana pasada, Marlène Schiappa, secretaria de Estado, responsable de las cuestiones de igualdad entre hombres y mujeres , saludó el «coraje» y apoyó personalmente a la actriz.

La tarde del jueves, Franck Riester participó en los trabajos del CNC consagrados a la «diversidad y paridad» entre hombres y mujeres en la industria del cine. Tras defender «a quienes nos recuerdan las violencias que se ejercen a diario contra las mujeres», el ministro de Cultura dejó caer esta «sentencia»: «Debemos guardarnos de los juicios sumarísimos del tribunal de la opinión pública. Solo la Justicia puede y debe sancionar. Dicho esto, el talento no es una circunstancia atenuante; y el genio no es una garantía de impunidad».

Esas frases cayeron como una puñalada política clavada en la espalda simbólica de Roman Polanski , cuya última película, «Yo acuso», corre el riesgo de ser la primera «víctima» de las nuevas acusaciones contra el director.

Jurídicamente, las acusaciones de Valentine Monnier contra Polanski han prescrito. Pero la élite gubernamental de la cultura francesa está tomando posición contra el director, planteando con crudeza las muy ambiguas relaciones entre «belleza» y «moral», convertidas en armas políticas arrojadizas .

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