La secretaria de Estado de Macron apoya la «valentía» de la actriz que dice haber sido violada por Polanski

¿Porqué denunciar una violación presuntamente consumada hace cuarenta y cuatro años..? Monnier se explica en las páginas de «Le Parisien»

Valentine Monnier y Roman Polanski

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Marlène Schiappa , secretaria de Estado, responsable de las cuestiones de igualdad entre hombres y mujeres en el gobierno de Emmanuel Macron , saluda el «coraje» y apoya personalmente a la actriz Valentine Monnier cuando esta afirma haber sido violada por Roman Polanski , en 1975.

Se trata de una novedad significativa: una responsable importante del gobierno francés apoya personalmente «comportamiento valiente» de una actriz, modelo y fotógrafa, denunciando el comportamiento violento de un director famoso, acusado en numerosas ocasiones de agresiones sexuales que culminaron con violación presunta o real de jóvenes que tenían entre 10 y 15 años de edad.

¿Porqué denunciar una violación presuntamente consumada hace cuarenta y cuatro años..? Monnier se explica de este modo en las páginas de «Le Parisien»: «Familiares, amigos, mi esposo, un antiguo guionista y colaborador de Polanski, conocían la historia, que les conté yo misma. Durante muchos años intenté olvidar. La historia volvía a ser un problema, con mi esposo, cada vez que se estrenaba una nueva película de Polanski. Su última obra ha sido, para mí, la gota que desborda un vaso de agua sucia. Su nueva película se llama 'Yo acus'. Y cuenta la historia del más célebre de los errores judiciales de la historia de Francia. El caso del capitán Alfred Dreyfus , a finales del siglo XIX. Émile Zola , el padre de la novela naturalista francesa, se hizo célebre publicado una carta dirigida al presidente Félix Faure , que se titulaba simplemente 'Yo acuso'… Un siglo más tarde, Polanski tiene la desfachatez de utilizar ese mismo título para su nueva película, presentándose por todas partes como una víctima perseguida, como lo fue Dreyfus… Ha sido algo insufrible para mí contemplar el espectáculo del hombre que me violó, cuando tenía quince años, presentándose como una 'víctima perseguida'… de ahí mi determinación en la denuncia, apoyada por mi familia».

Valentine Monnier ha escrito personalmente a Emmanuel Macron y su esposa, contando su historia. Ambos guardan silencio. Marlène Schiappa, secretaria de Estado, por el contrario, ha aceptado responder a la actriz y fotógrafa, diciéndole lo siguiente: «Los hechos que usted denuncia han prescrito judicialmente. Y es imposible intervenir en los procedimiento judiciales iniciados en otros países. Por el contrario, si deseo manifestar mi apoyo a su valiente iniciativa ».

El chalet en Suiza

Según la actriz, Polanski la violó en su lujoso chalet suizo, en durante unas vacaciones, tras una sesión de ski, en Gstaad. «¿Quieres f..?» Dice Monnier que le preguntó el director, asaltándola, cuando se dirigía a una habitación que compartía con una amiga. Su negativa «encolerizó» al director, que la habría pegado y violentado.

Presentando la denuncia de Monnier, «Le Parisien» ha podido consultar correspondencias y testimonios de amigos y familiares de la actriz, apoyando de manera directa o indirecta unas acusaciones que Polanski desmiente «de manera formal», según sus abogados.

«Yo acuso», la nueva película de Polanski, recibió el Gran Premio del jurado del Festival de Venecia, el mes de septiembre pasado, y su lanzamiento, en Francia, está previsto para el próximo miércoles.

Polanski fue excluido, en su día, de la Academia de los Oscar de Hollywood, acusado en repetidas ocasiones de agresiones sexuales contra niñas, adolescentes y mujeres , sin que la justicia de varios países haya conseguido «zanjar» definitivamente unos delitos presumidos o reales que han terminado construyendo una leyenda negra. Las acusaciones de Monnier, apoyadas por una secretaria de Estado que suele contar con el apoyo personal de Emmanuel Macron, plantean, así mismo, otros problemas de insondable calado: las cuestiones morales de fondo se han convertido en armas arrojadizas, materia «artística» y «publicitaria», instalando la «verdad» en el terreno movedizo del relativismo jurídico y moral.

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