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La pizarra del Osasuna 2-0 Cádiz

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Un golpe, tras una buena primera mitad, manda de nuevo a la lona a un equipo endeble, sin fe y con jugadores que no quieren enterarse de la situación

Budimir ante Fali en el partido l.v.
Rubén López

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Movió el árbol y se cayó

Mauricio Pellegrino movió el árbol que es lo que un servidor pedía desde hace días en la previa del choque ante Osasuna. Quitó a tres vacas sagradas (Iza, Sobrino y Alejo) y metió a Zaldua, Meré y Juanmi en sus lugares. Asimismo, cambió en parte el sistema aunque lo que parecía ser un 5-3-2 era más tiempo un 4-4-2 ya que la posición de Zaldua estaba más de carrilero adelantado que de lateral derecho.

Los cambios le valieron al argentino para tener un mayor control del partido e inclulso gozar de buenas ocasiones. Sin embargo, los problemas de este Cádiz siguen siendo dos fundamentalmente: la falta terrorífica de gol y la incapacidad de sobreponerse a un gol. Ambas cuestiones marcaron el partido en el Sadar. El Cádiz perdonó tres muy claras en la primera mitad y en la segunda el gol de Budimir quedando veinte minutos por delante finiquitó el partido.

A lo anterior, habría que unir un banquillo que no aporta absolutamente nada. Es más, se podría decir que los jugadores que entran de refresco restan más que suman. Darwin Machis y Maxi Gómez demostraron por qué no juegan. El primero perdiendo balones y sin el más mínimo atisbo de ayudar a defender, lo que viene siendo un mal compañero en toda regla. Respecto al segundo, ni está ni se le espera. Apenas tocó un par de balones para no contribuir en nada a un equipo que sigue teniendo en Robert Navarro el único faro que aporta algo de luz.

1. Cambios importantes

Cambio de cromos y en parte de sistema pues Pellegrino optaba por poner tres centrales en el once titular con la idea de ser un equipo más sólido atrás. Un 5-3-2 cuando el equipo tenía que defender, pero más un 4-4-2 cuando lo que tocaba era atacar, pues Zaldua siempre estaba mucho más adelantado y era Meré quien le cubría las espaldas. De hecho el vasco llegó a portería rival en más de una ocasión. 

Tras un arreón del cuadro local, el Cádiz comenzaba a asentarse en el partido llegando a muchas segundas jugadas e incluso trenzar algunas en labores ofensivas. Fali tuvo la oportunidad de marcar en una acción en la que remata más solo que la una, mientras que se veía que Osasuna no estaba para nada cómodo en el partido. El cuadro de Arrasate se encomendaba a Mojica por su explosión y velocidad, aspecto que dejaba muchas veces en evidencia a un Zaldua que tenía que estar corriendo prácticamente toda la banda.

2. La alarmante falta de gol

El paso de los minutos debaja mejores sensaciones para el Cádiz que para Osasuna. Los amarillos defendían bien los balones laterales del cuadro navarro, mientras que en ataque Robert Navarro era el desatascador para salir en tromba hacía arriba. Así vino otra jugada clara en la que el catalán cede para Chris que la manda a las nubes con su pierna mala. El Cádiz ya había perdonado dos ocasiones ante un rival que seguía perdiendo muchas pelotas en el centro del campo. Budimir no olía una, Moi Gómez estaba desaparecido y solo Aimar trataba de romper la buena defensa cadista.

Antes del descanso, un centro de Robert no lo aprovecha Meré solo ante Sergio Herrera. La tercera ocasión clara y el Cádiz seguía sin marcar un tanto. Tremendo. Con la segunda parte, Pellegrino quitaba a Zaldua y metía a Alejo, cambio con el que no mejoró el Cádiz. Quizás la tarjeta del vasco y la necesidad de frenar a Mojica, a la par que tener más capacidad arriba fomentaron la sustitución, pero lo cierto era que el partido de Zaldua no estaba siendo para nada malo.

3. Budimir finiquita el partido

Y aunque las fuerzas se igualaban en la segunda parte con un Cádiz que no generaba juego arriba, el mazazo llegó cuando un centro de Rubén García espectacular lo remataba con Fali encima Budimir al segundo palo. Esas son las diferencias, un delantero que en media ocasión crea un gol ante un rival que ni con veinte claras es capaz de marcar.

A partir del gol, lo que se preveía. El Cádiz desapareció del combate, cayó a la lona y dejó pasar el tiempo. Pellegrino hizo cambios metiendo a Samassékou y Maxi Gómez. Tampoco mejoraron a Escalante y Chris Ramos, aunque el jugador de Mali ya puede decir que ha tenido más minutos que en todo lo que va de temporada. Lo de Maxi Gómez es realmente desesperante e incalificable pues su aportación al juego del equipo es prácticamente nula. No se notó en nada y empeoró a un Chris Ramos que si algo tiene es trabajo para su equipo.

Peor fueron los cambios de Machis y Guardiola, éste último defenestrado en la banda. El venezolano como si la película no fuera con él, perdiendo balones y sin ayudar en defensa. El primero que perdió lo salvó Conan pero el segundo fue para dentro con un gol a placer de Budimir. El extremo está haciendo méritos importantes para no seguir en el Cádiz.

Los amarillos ya habían desaparecido muchos minutos antes, acabando con Alejo de lateral derecho y con diez jugadores pues Fali en el descuento sentía uno de sus habituales tirones y se iba al banquillo. Tampoco se notó pues el Cádiz, una vez más, cayó k.o. en cuando llegó el primer mazazo. Un equipo endeble, sin fe, sin carácter, sin carisma, sin..., pongan lo que quieran.

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