Cádiz CF

Girona-Cádiz CF (2-1) Digna resaca en Gerona

Dulce y soporífera derrota del Cádiz CF, que no quiso dar la talla en Montilivi

Alfonso Carbonell

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Menos mal que al Oviedo le dio por darle el ascenso al Cádiz CF . Y no solo goleando al Zaragoza sino sabiendo perder en Carranza cuando pasó por aquí en este soporífero invento de Juan Tebas para seguir recaudando. Y es que este Cádiz CF no ofrecía todas las confianzas necesarias tras caer ante el Fuenlabrada una jornada antes de viajar a Gerona, donde se ha medido a un equipo con una plantilla de Primera y en un mejor momento de forma que el conjunto gaditano, que se ha dedicado a pasear su dulce resaca en Montilivi, donde no ha tenido problemas en caer. Y eso que hasta ha estado cerca de empatar casi que sin querer.

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No se dio el lujo Cervera de regalarle la titularidad al canterano argentino Juan Flere bajo palos, quien sabe si por respeto al rival y a la competición, o porque simplemente hizo de nuevo el mejor once que pudo hacer después de dejar en Cádiz a jugadores que se merecían un descanso del guerrero como eran los casos de Marcos Mauro, Pacha Espino, Marcos Mauro o Lozano, este último por motivos contractuales con el Girona y esa clásica cláusula del miedo.

El caso es que el Cádiz CF salió al verde del Montilivi con un once totalmente respetable en el que, eso sí, aparecían en la defensa dos canteranos como el lateral zurdo Marc Baró y el ya experto Sergio González como central. Los veteranos Fali y Akapo completaban una defensa que estuvo apoyada por un triple pivote formado por Bodiger, Edu Ramos y el argentino Augusto Fernández.

Como buen anfitrión, como club señor y no menos inteligente, el Girona de Francisco le hizo el pasillo de honor al Cádiz CF tras conseguir el ascenso pese a no ser campeón, algo que buscaría en los siguientes 90 minutos ante el cuadro catalán que espera seguir la estela del once amarillo en próximas fechas.

Comenzó el encuentro con el líder intentando controlar el balón aunque quería hacerlo sin demasiado ritmo, como queriendo decirle al Girona que el rollo que proponía era ese, tocarla, pero sin exigirse demasiado que bastante lo ha hecho ya durante una temporada brillante. Y claro, no pasó mucho tiempo sin que el Girona accionara su reacción para pasar a tensar el encuentro.

Stuani avisa primero y marca después

El cadista Álex Granell era el primero en avisar al Cádiz CF con una pase en largo preciso y certero a Aday de no ser por la posición ilegal del atacante catalán, que asistió a Stuani para que el árbitro anulara el gol.

Pero no pasaría mucho rato sin que el internacional uruguayo volviera a aparecer. Lo hizo en el minuto 21 después de un elegante pase de Gumbau, que se había aprovechado previamente de un error en la entrega de Fali para dejar al charrúa solo ante Cifuentes, que se vio superado por un sutil toque del delantero del Girona, que marcó no sin salvar la presencia de Sergio González, que casi salva el gol bajo palos.

El gol, pareció, que le vino bien a los dos equipos.  El Cádiz CF, más por dignidad y profesionalidad que por otra cosa, intentó tirar de vergüenza para irse hacia arriba pero ni la mente ni el cuerpo acompañaban. Pombo quería crear algo diferente pero el Girona estaba muy bien colocado y apenas sufría ante un rival que tampoco quería hacer más daño de la cuenta. Ni hacérselo. Así las cosas, los minutos pasaban con más pena que gloria y ambos escuadras llegaban al descanso con la banderita blanca en cada uno de las trincheras aunque de una de ellas todavía sobresalían botellas de champán.

Salían ambos equipos sin cambios y el escenario seguía siendo el mismo. Aburrimiento en cantidades industriales y un Cádiz CF, lógico y normal, sin su 'adn' agresivo. Por no estar enchufado no lo estaba ni su entrenador, que esperó para hacer un triple cambio al minuto 55 y justo en el momento en el que el Girona se disponía a lanzar un centro exterior tras una falta. Entre los que entraron estaba el canterano Duarte, que se estrenó en el partido haciendo manos dentro del área que el VAR se encargaría de confirmarlas sin que ellas fueran ni voluntarias ni muy visibles. Las cosas de este fútbol...

Desde los once metros Stuani le terminaba de hacer el favor a un Cádiz CF que apenas tenía ganas de meterse en un partido al que acudió por mero trámite y de resaca total. Merecida, eso sí.

Apenas había noticias del Cádiz CF en ataque, en parte por la desaparición de Pombo, que si es verdad que tampoco es que abriese el libro en la primera parte, sí que era el único de los de arriba en intentar inquietar al Girona. Tan solo las acciones de Marc Baró llenaban un poco el interés de cualquier cadista que se estaba tragando el partido, el enésimo infumable de esta triste desescalada.

Cansado de ver lo que estaba viendo, Cervera intentó dar algo de fútbol a un equipo ciego. Álex y Perea salían al campo mientras que Bodiger, que antes había pasado por la banda izquierda y por la mediapunta, se colocaba de central con Sergio. Puestos a inventar, hacerlo en Montilivi y con el ascenso ya en el bolsillo.

Con el VAR también se compensa

No pasaba nada en el campo hasta que al árbitro le dio porque pasara después de revisar en el VAR una caída de Salvi tras un choque con Mojica, que defendía el balón con los brazos abiertos con tan mala fortuna que una de sus manos impactaba en el rostro del sanluqueño. El trencilla gallego señalaba el punto de penalti, quizás para compensar también el penalti más que discutible de Duarte, expulsaba por doble amonestación a Mojica, Álex acortaba distancia y el Cádiz CF que ni se creía estar cerca de poder empatar el partido.

El primero que no se lo creyó fue Alberto Perea, que se fue a la calle en el 88' de partido por decirle algo que no le gustó al árbitro. Su segunda expulsión directa para el manchego en esta desescalada. Olé ahí él.

El caso es que hasta de resaca este Cádiz CF es capaz de poner en un aprieto al cualquiera . Entre Pombo y Álex movían la bola para que fuera el madrileño el que lo intentara desde lejos comprometiendo a Asier Riesgo.

Lo pasaba mal el Girona en su defensa de los tres puntos obsequiados por un Cádiz CF que de jugar como lo hizo en los últimos minutos quien sabe si podría haber rascado algo más, pero tampoco le iba la vida en ello y para qué fastidiar a un equipo que tiene el detalle y el buen gusto de hacerte el pasillo de campeón sin todavía serlo.

En definitivam el Cádiz CF deja un marcador ajustado en Gerona, donde pasa con dignidad su maravillosa resaca. Y que dure hasta el lunes, donde se cerrará el campeonato en casa ante el Albacete, que goleaba al Zaragoza esta misma noche. De locos todo.

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