Cádiz CF

¿Qué le entregaron a Iván Alejo antes del partido?

El futbolista del Cádiz dejó una preciosa imagen de unidad familiar justo antes del duelo frente al Girona

Momento en el que la madre del jugador besa a su hijo justo después de hacerle entrega de un pequeño amuleto.

Alfonso Carbonell

Iván Alejo lleva una época pasándolo francamente mal en el Cádiz CF por diferentes motivos. No atraviesa un buen momento de forma y el protagonismo que tuvo hace ahora justo un año parece un espejismo comparado al que tiene ahora. La vuelta de la Liga tras el Mundial no le ha ido bien. Comenzó sancionado ante el Almería tras ver en el Bernabéu la amarilla que le acarreaba suspensión. En Valencia formó parte de la victoria, si bien no estuvo acertado en una acción que pudo haber rematado al equipo che en la segunda parte. Pero la cosa se torcería mucho más debido a un sector de la grada que hace mucho ruido en el estadio y en las redes sociales, un aspecto que el vallisoletano no gestiona bien y por el que ha decidido hacer desaparecer su cuenta. Hace bien, no sabe cuanto. Leer, e incluso interactuar con el absurdo es lo peor que cualquiera puede hacer. Más aún, tratándose de un futbolista que necesita paz mental para centrarse en lo único que debe hacer, el balón. Y en ello está.

Ante el Elche se siguió torciendo la cosa y pagó los platos rotos del pésimo empate ante el colista. Es cierto que no estuvo afortunado, pero no menos que todos y cada uno de sus compañeros. Ya estaba tocado esa semana anterior al duelo frente al Pizjuán, donde vuelve a cebarse con él la mala sombra al hacer unas manos dentro del área al estar haciéndole la cobertura a Iza. La masa no entiende de argumentos y ese sector de la afición que tiene ojeriza con él vuelve a tomarla con el pucelano, que verá desde la grada el 2-0 frente al Mallorca tras su roja en Sevilla, donde acaba muy tocado de moral .

En Bilbao no juega y ante el Girona volvería a tener sus minutos en el día de su cumpleaños, 28 , un día que pasó rodeado de los suyos, que son su bastión. Esos a los que no tiene que llamar porque es llamado cuando denotan que algo no va bien. Como es el caso.

Los pitos que escuchó en su propio estadio el día del Elche y que resonaron también coincidiendo con su entrada al campo el pasado viernes ante el Girona no ayudan a levantar cabeza, pero el vallisoletano está bendecido. Además, tiene algo que le convierte en intocable, la unidad familiar.

Todo aquel que siguiera el encuentro por Gol Play pudo ver que en los momentos previos al encuentro Iván Alejo subió a la grada para saludar cariñosamente a su pareja y a su madre, que no quiso perderse el cumpleaños de su hijo en un momento delicado para él. Las cámaras se recrearon en la imagen familiar porque lo valía. Pero una vez que besa a su chica y abraza a su madre, esta le entrega una estampita y lo despide. Alejo la guarda en su mano, se despide de ellas y acude solícito a la llamada de un pequeño aficionado que le pide un selfie. Se lo hace y se dirige a su banquillo mientras echa un ojo a lo que su madre le acaba de hacer entrega de parte de su suegra.

¿Pero, qué era esa especie de amuleto que los futbolistas suelen llevarse a la espinillera para estar 'bendecidos'? Pues bien, la estampita que la suegra de Alejo le envió gracias a la colaboración de la madre era la imagen de un santo. En concreto, a uno en el que la suegra le tiene especial devoción como trabajadora que es del hospital al que le da nombre Benito Menni.

La Fundación Benito Menni, promovida por las Hermanas Hospitalarias, trabaja en el ámbito de la cooperación al desarrollo. Es una ONG que lucha por garantizar el derecho a la salud mental en los países más desfavorecidos.

Pues bien, aunque la suegra de Alejo no pudo celebrar el cumpleaños junto a él le mandó sus mejores deseos en forma de rezo a un sacerdote que el pucelano llevó consigo durante los minutos que estuvo sobre el campo. De momento, el bueno de Benito tiene trabajo por delante porque aunque aún Alejo está lejos de su mejor versión, sin embargo al igual que escuchó pitos de esos aficionados, que deben ser los típicos que no se lo pasan bien ni en una fiesta, también recibió el cariñoso guiño de otro sector que le cantó el cumpleaños feliz mientras calentaba.

De momento, Alejo sabe el lema a seguir: A Dios rogando y con el mazo dando.

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