Cádiz CF

Cádiz CF-UCAM (0-2) La casa se queda muy sucia para el 'play off'

La afición se pitorrea de su equipo tras verlo caer ante el campeón a dos semanas de la fase de ascenso

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Mantecón, titular ante el UCAM
Mantecón, titular ante el UCAM

La gente es muy libre de divertirse. De hecho, es lo que hay que hacer. Pero cuando una afición se ríe de los suyos es que algo va muy mal. Y eso ha pasado hoy. Y ha pasado a dos semanas del 'play off'. Menudo clima para obrar un milagro en donde no creen ni los santos. La casa, Carranza, ha quedado muy sucia para crear un ambiente de euforia para una fase de ascenso que se presenta de la peor forma posible.

La inocencia de la niñez -el club regaló 2.500 entradas infantiles- hace que la grada no reciba al equipo como únicamente se merece. Después viene lo que viene. Porque salvado los pitos, todo es más fácil para ellos, los jugadores, que no para el escudo, que es quien soporta el sopor, la mediocridad, el tedio y, finalmente, la ruina.

Todos se van para casa sin la conciencia necesaria de saber que han actuado mal. No se trata de insultar, ni de pitar, ¡faltaría más!, pero se trata, al menos, de no aplaudir a quien no lo merece. Y en esas está el Cádiz CF. En una afición sin corazón y un equipo desprovisto de valores.

Cierto es que muchos cadistas de verdad ni tan siquiera meditasen la idea de acercarse a Carranza. No era para menos. El entrenador de turno, un tal Álvaro Cervera, había tenido la genial idea de alinear un once con reservas el mismo día que tenía la obligación de saber cómo respirará su equipo dentro de dos semanas, cuando los pitones no vengan afeitados.

Pese a todo, este Cádiz CF tiene chispa porque para eso de las plantillas con mayor presupuesto. Salvi, en su primera internada, sirvió un buen pase para que Lolo Plá desperdiciara la primera ocasión del partido.

Y no solo eso. El Cádiz CF llevó el peso del partido ante un equipo, eso sí, que se siente cómodo defendiendo. Demasiado cómodo, como no tardaría en verse. Carlos Calvo lo intentó con un libre directo cuando todos esperaban el centro. Poco más de un Cádiz CF tan inapetente como lo ha dejado Claudio, 'dejadito' de la mano del Señor. Porque Cervera, en contra de la lógica, se empeña en seguir las probaturas absurdas de su antecesor. Venga probar. Venga inventos. Venga pamplinas.

Y claro. Eso tiene lo que tiene. Y lo que tiene es que jugar contra el líder no es hacerlo contra el Jumilla. Y como el líder se le da bien todo lo que no se le da a otros, pues se impone con sus cartas marcadas. Como la estrategia, por ejemplo. Y es que a la media hora Góngora centraba un saque de esquina que se comía Cifuentes y la defensa y Pallarés adelantaba al UCAM sin tampoco hacer nada del otro mundo. Vamos, como antes hicieron Mérida, Balona y tantos otros...

Ya era tarde para todo. La afición, tan caprichosa como un niño pequeño que va a hacer la comunión, aprovechó el gol universitario para emprenderla con el presidente, que lo merece seguramente, pero que tampoco parece el momento más adecuado.

Y mientras el clima se calentaba más y más, el Cádiz CF seguía haciendo el mismo fútbol, y con los mismos recursos, que antes eran aplaudidos. Por la misma grada, ¿por los mismos criterios? En una de esas, sin querer casi, Mantecón cerca estuvo de sorprender a Biel Ribas desde la línea de fondo pero su centro chut fue alejado a córner por el meta murciano.

Poco le importaba el partido a Cervera. Cierto es que no engañó a nadie. El cántabro salió como el que sale a la calle a ver qué se cuece. Sin nada preparado, sin ningún atisbo de que pueda salir algo interesante, sin ideas. Bueno sí, con muchas, pero pocas concretas. Salió sin delantero centro y es normal que cada centro se quedase sin rematador. Sin mediapunta claro y es obvio que ni Carlos Calvo ni Jandro se creyeran su papel. Y así que casi con todo. Había dicho en la previa que lo importante es dentro de dos semanas. Lleva razón, pero él lleva ya tres y para ver lo que se ha visto bien podría haberse ahorrado el Cádiz CF la llamada. Al menos a él, claro. Porque una llamada, mínimo, tuvo que hacerse. Es que el cántabro, por probar, podría haber seguido probando con Román. Al menos, al chaval se le tienen ganas de ver. Más que a todo lo que se lleva tragando la afición todo este cursito.

Se llegó al descanso con la victorias de un UCAM que apenas había enseñado las garras.  Cuando llegue el día en el que un rival las enseñe, que está al caer, este Cádiz CF durará menos que un azucarillo en un puchero.

Salió el Cádiz CF de los vestuarios con la misma dinámica. Como el UCAM, un equipo que se siente muy cómodo jugando en su campo y al que no le importa conceder córners a granel. En uno de ellos llegó una inmejorable ocasión de Servando, que remató de cabeza envío de Carlos Calvo pero sin puntería alguna porque su testarazo resultó centrado y facilitando la intervención de Ribas.

La afición, visto lo visto, pasó de animar y aburrirse con su equipo a, directamente, cachondearse. Y ojo. Porque de una tanda de olés llegó una buena ocasión para el Cádiz CF después de hilvanar tres pases seguidos que acabaron con un centro a la cabeza del recién entrado Álvaro García que el utrerano envió fuera sin fuerza alguna.

Mientras, el UCAM, seguía a lo suyo. Como Cervera. Que por seguir probando, probaba a Alvarito de medipunta. O de lo que fuese. Esto es Jauja. Claro que sí. Decía el actual entrenador del Cádiz CF que lo que se viese hoy debía ser algo de lo que deberá verse en el 'play off'... Mejor será no seguir desarrollando...

El UCAM no tenía otra que irse a por los tres puntos viendo la comparsa que tenía delante. Y a poco que hizo dio martillazo definitivo al partido con una soberbia vaselina de Manolo con la que se ganaba los aplausos del respetable.

De ahí en adelante, poco más que contar salvando el cachondeíto de una afición que no puede creerse que en dos semanas vaya a tener que ponerse a animar a un equipo que dan ganas de tirarlo por la borda y no saber más nada más de él hasta que pase, mínimo, un verano.

La cogía Despotovic, risas. La combinaban los jugadores, olés de coña. Al final, sí, Al final, pitos para el Cádiz CF y aplausos para el UCAM, que para eso es campeón. Pero a todo cadista le queda ese sabor amargo de estar creyendo en algo en lo que no se merece creer. Soñar es gratis, pero este Cádiz CF hace que dé pereza el mero hecho de intentarlo.

Conclusión: El equipo pierde, la gente ríe. Algo va muy mal. Fatal.

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