Alcaraz no olvida su peor momento

Rubén Alcaraz se ha convertido en el primer fichaje del Cádiz CF 22/23 aunque ya era un secreto a voces después de que el conjunto entrenado por Sergio González consiguiese la permanencia en el estadio del Alavés. Mucho se habló durante la segunda vuelta en la que el jugador barcelonés se empoderó dentro del once amarillo sino había que renovarle ya indistintamente el equipo consiguiese o no la salvación. El caso es que felizmente se ha conseguido y el club ha ejecutado la opción de compra que había sobre él pagando un millón de euros al Valladolid aproximadamente.

Rubén Alcaraz, que recientemente se ha lesionado para cuatro meses , ha hablado con los medios oficiales del club para hacer un pequeño boceto de una temporada que para él ha sido media albivioleta con el Valladolid y media amarilla con el Cádiz CF, dos equipos que han conseguidos sus ansiados obejtivos.

Como él bien dice, de la primera vuelta con Cervera poco o nada le apetece hablar dado que ni la jugó ni casi que la siguió dado que en esos momentos intentaba ganarse un puesto en el once de Pacheta, que lo dejó ir al Cádiz CF junto a su compañero Fede San Emeterio al no contar con ninguno de ellos. Todos tenían razón.

El caso es que Alcaraz se centra en lo que él ha vivido como no puede ser de otro modo. «Yo hablo de los 18 partidos que he podido estar disponible para el equipo y ha sido un balance muy positivo. Muy contento y feliz porque creo que se han hecho las cosas muy bien desde la llegada de Sergio. La dinámica ha sido ascendente», dijo en primera instancia.

Si tiene que elegir un mejor momento se queda con el «partido en Vitoria». Y es que antepone lo colectivo a lo personal tal y como quiere explicar a continuación. «Igual no fue nuestro mejor partido ni en lo personal tampoco pero teníamos que ganar y así lo hicimos. Para nosotros es nuestra Champions. Esto es más que un trofeo porque se juega mucho la ciudad, el club, se juega mucho todo el mundo».

Y al igual que hay luces, hay sombras. Y no, su peor momento no fue la que tudo el mundo puede pensar y que lleva a recordarlo doliéndose y al borde del llanto tras lesionarse ante el Athletic de Bilbao en Carranza a cuatro jornadas para el final. No, su peor momento fue otro que abría de nuevo las puertas de las urgencias tres días después de alcanzar la gloria en Barcelona con la victoria de los suplentes sobre el Barça de Xavi.

«En lo personal, el peor momento fue el día del Betis con ese error, mala fortuna, o como le queramos llamar, que acaba en penalti y terminamos perdiendo el partido. Me queda subrayado ese momento», dice en alusión al penalti que le pitaron en contra tras, con una patada al aire, encontrar el cuerpo de Borja Iglesias en una jugada sin peligro alguno pero cobrada por el árbitro. Aquel gol desde los once metros supuso el 1-2 definitivo para el Betis.

Por último, se acuerda de la afición para darle un mensaje. «Le doy las gracias en mayúsculas. Gracias a la afición estamos donde estamos . Tienen mucha parte de culpa y en esta línea, estando todos juntos, vamos a hacer grandes cosas».