Apuntes

Cuestión de modelo y no de personas

La enésima crisis de UGT, con las dimisiones de dos de los destacados miembros de su nueva ejecutiva, confirma que sus problemas van más allá de los nombres

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Son muchos los que creen en las casualidades y sólo los necios cuando se repite la misma de forma frecuente. En política, aún son más raras. El caso de UGT en la provincia de Cádiz daría para hacer una tesis que descarte definitivamente la influencia de las coincidencias en la vida de las instituciones de dirección colectiva. Desde hace cuatro años, la central es una sucesión interminable de dimisiones, secretarios interinos, procesos electorales y nuevas renuncias. Desde Pedro Custodio hasta ahora, casi sin pausa en cuatro años que se están haciendo muy largos para un grupo histórico en la lucha de los trabajadores por sus derechos. Sin embargo, la pérdida de rumbo es manifiesta. La mayoría de los conflictos que han dinamitado la estabilidad de sus direcciones ha salido de sus propias filas y las que han llegado desde fuera tienen tanto peso como una imputación por propiciar la financiación irregular del sindicato a través de los ERE fraudulento. Ahora, cinco meses después de renovar la dirección gaditana, ya se han bajado del tren dos de sus más importantes integrantes por lo que parece que la marejada ha vuelto. Parece pueril achacar tanto conflicto a diferencias personales, a virtudes y defectos de dirigentes en concretos. Es evidente que algo funciona mal, a escala estructural, en la UGT de Cádiz y de Andalucía, puede que a nivel estatal, posiblemente en la otra gran central sindical igualmente. No se trata de un episodio concreto, no se trata de una crisis aislada, es una cadena que cuestiona los métodos, las formas, las funciones, los usos y las formas de recabar fondos de estos colectivos. El mundo laboral ha cambiado de forma radical y los sindicatos quieren seguir como hace 80 años. Esa fricción provoca fracturas.