El primer ministro japonés, Shinzo Abe (con casco rojo) pasea, ayer, por Fukushima. :: AFP
Sociedad

El Gobierno japonés exige a la propietaria de Fukushima que acabe con los escapes

El primer ministro Abe visita la central nuclear en medio de las críticas por las fugas al mar de agua radiactiva

TOKIO. Actualizado: Guardar
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El primer ministro japonés, Shinzo Abe, visitó ayer Fukushima y exigió a Tepco, la compañía encargada de la gestión de la central nuclear accidentada, que «fije un calendario» para solucionar el problema del escape al mar de agua radiactiva.

Se trata de la segunda visita que Abe realiza al complejo nuclear arrasado por el tsunami del 11 de marzo de 2011 desde que asumió sus funciones el pasado 26 de diciembre. La primera la realizó tres días después de la contundente victoria de su Partido Liberal Demócrata (PLD, derecha). Pero esta vez se halla a la defensiva, ante el aluvión de críticas por la gestión de la peor catástrofe nuclear desde la de Chernobil (Ucrania) en 1986.

Abe le exigió a Tepco (Tokyo Electric Power) que solucione de una vez por todas «el problema del escape de agua» contaminada, después de sus demoras en reconocer la gravedad de la situación y la fuga masiva de agua contaminada al océano Pacífico.

Pero el primer ministro también es blanco de críticas, por haber afirmado el 7 de septiembre ante el Comité Olímpico Internacional (COI) que la situación está «bajo control». El primer ministro nipón acudió a Buenos Aires para defender con éxito la candidatura de Tokio para organizar los Juegos Olímpicos de 2020 y allí aseguró que el agua radiactiva filtrada está «bloqueada en los 0,3 kilómetros cuadrados del puerto de la central».

Estas declaraciones sorprendieron a muchos japoneses y el Nikkei, el primer diario económico del país, escribió hace unos días que las acciones emprendidas no están a la altura de la situación. «El primer ministro afirmó ante el COI que el problema del agua de Fukushima está bajo control, pero no son palabras bonitas lo que necesitamos, sino medidas concretas», destacó el rotativo.

A pesar de ello, Abe insistió ayer en que está convencido de que el agua radiactiva filtrada está «bloqueada en el área de 0,3 km2 del puerto de la central, como ya declaré en Buenos Aires». «Voy a esforzarme por acallar los rumores que cuestionan la seguridad de la central de Fukushima», subrayó.