Populares y socialistas califican la pugna judicial de «esperpento lamentable»

Los dos partidos mayoritarios asisten entre atónitos y enfadados a la pugna en la Audiencia Nacional entre los dos jueces. El Gobierno, no menos incómodo, prefiere sin embargo callar porque «no es el poder político a quien corresponde dirimir ese conflicto, es única y exclusivamente la propia Audiencia», en palabras del ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón.

PP y PSOE no muestran la misma mesura verbal. El responsable de Organización de los populares, Carlos Floriano, no se anda con paños calientes: «Es una situación esperpéntica que solo beneficia a (Luis) Bárcenas; solo esperamos que cualquiera de ellos llegue al fondo del asunto». El portavoz popular adjunto en el Congreso, Rafael Hernando, tachó de «numerito» el comportamiento de Ruz y Bermúdez y señaló que era más propio de «un patio de colegio» que de una sede judicial.

El partido gubernamental asegura no tener preferencia por uno de los dos jueces, aunque en conversaciones privadas no son pocos sus dirigentes que recelan de que la causa acabe en manos de Javier Gómez Bermúdez, el presidente del juicio por los atentados del 11-M que desbarató la teoría de la conspiración para adjudicar la tragedia de los trenes a ETA. Este magistrado, además, suscribió en 2011 un manifiesto contra el capítulo de justicia de su programa electoral, recuerdan también algunos notables populares.

Para la número dos de los socialistas, Elena Valenciano, solo hay una palabra para definir la situación en la Audiencia Nacional, «lamentable». La vicesecretaria general del PSOE cree que la disputa de competencia en la causa de ambos instructores solo conduce a «alargar» el procedimiento, algo que «hace daño al sistema democrático». Los socialistas, asimismo, aseguran no tener favoritismo por uno u otro juez, aunque algunos diputados del PSOE, también en privado, prefieren que sea Gómez Bermúdez el que instruya la causa porque consideran que está más blindado a las eventuales presiones del Gobierno o del Partido Popular.

Desde el mundo judicial, en cambio, se reclamó calma porque no es nada extraordinario que dos jueces se disputen la competencia de una causa. El enfrentamiento en última instancia se resuelve con el arbitraje de la sala superior. Fuentes jurídicas, no obstante, confiesan que las zancadillas que se están viendo no son nada edificantes.