A dieta de petróleo

Vivimos en una sociedad que gira en torno al petróleo, del cual depende nuestro modelo económico actual. Es lo que nos da energía, lo que ayuda a que el mundo se mueva ya sea para encender el coche o la calefacción o para tomar una ducha de agua caliente. También sus derivados nos facilitan bolsas de plástico, implantes dentales, fibra óptica, incluso maquillajes. El petróleo barato está destinado a acabarse, lo que nos obligará a replantearnos hábitos, costumbres y estilos de vida. Pero no sólo es el agotamiento de este recurso lo que nos tiene que llevar a propiciar un nuevo modelo de consumo más responsable y sostenible, sino también las consecuencias que produce el consumo desmedido. Si existe otra forma, ¿por qué seguimos en el mismo punto de dependencia petrolífera? En España la preocupación ciudadana, en su mayoría, deriva en que petróleo es sinónimo a subida de precios, pero ¿pensaríamos lo mismo si viviéramos en otro país?