PAN Y CIRCO

EL DEPORTE COMO TERAPIA

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Ahora que se acabó el deporte profesional, intento descubrir y disfrutar otros deportes que antes me eran prohibidos, obviamente, por riesgo de lesiones. Hace unas semanas unos amigos me brindaron la posibilidad de adentrarme en el misterioso mundo de la escalada, así q nos fuimos a la sierra gaditana, concretamente a Grazalema a dar mis primeros pasos en la montaña y quedé sorprendida al ver cuanta gente se dedica a este deporte en nuestra provincia, cuanta gente vive en este mundo paralelo al 'deporte de masas'. No podría describir cuántas vibraciones positivas se percibían, los de abajo animaban a los que estaban en la roca peleando, y los de arriba confiaban ciegamente en los de abajo, que eran los que les sujetaban y aseguraban. Había gente que empezaba como yo y la paciencia era lo que más brillaba en los 'veteranos' que nos enseñaban a hacer un nudo, a ponernos un arnés o simplemente a llenarnos las manos de magnesio, gente que renunciaba a su tiempo para regalártelo. Esta misma gente emplea su propio dinero para equipar las rocas, sin ningún ánimo de lucro, solo para que otros vengan y las disfruten como pude hacer yo. La escalada me pareció un reflejo de la vida, pues hay momentos en los que te paraliza el miedo, porque crees que no puedes más, sientes que no tienes fuerza, que vas a caerte, que vas a hacerte daño, pero ahí abajo hay alguien que te dice que puedes hacerlo, porque él está viendo ese pasito que te ayudará a ver la montaña de otra manera. Y así es, te armas de fuerza, confías en tus pies, en tus manos y en ese poquito de fortaleza que siempre nos queda y que alguien nos recuerda. Tenemos una provincia privilegiada para poder refugiarnos de estos momentos tan duros que vivimos. El deporte nos hace mejores, nos hace fuertes, nos hace confiar en nosotros y en los demás, y, como en la escalada, nos enseña que ese pasito existe. Solo tenemos que creer en nosotros.