Trujillo, ayer tarde al salir de la cárcel de Morón. :: JULIO MUÑOZ. EFE
ANDALUCÍA

Sale en libertad sin fianza el exchófer de los ERE fraudulentos

La Audiencia de Sevilla corrige a la Fiscalía y a la jueza y cree que sería un agravio respecto a otros imputados no dejarle salir

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Francisco Javier Trujillo, exchófer del principal implicado en el caso de los ERE fraudulentos, Javier Guerrero, salió ayer tarde de la cárcel de Morón de la Frontera tras siete meses en prisión preventiva. Trujillo es conocido por haber declarado ante la jueza instructora del presunto fraude en la Consejería de Empleo, Mercedes Alaya, que gastó parte del dinero recibido en subvenciones de la Junta de Andalucía en cocaína, regalos y fiestas que compartió con su jefe, el mencionado Guerrero, entonces director general de Trabajo.

La Audiencia Provincial de Sevilla resolvió concederle la libertad sin fianza pese a la postura en contra de la Fiscalía y de la jueza instructora, Mercedes Alaya, quienes solo habían accedido a rebajarle de 150.000 a 75.000 euros la fianza para poder salir a la calle. El auto advierte de «cierto agravio comparativo» con otros procesados en libertad y la incertidumbre sobre la duración de la investigación como razones para concederle la libertad sin fianza. El mantenimiento de la prisión preventiva «no satisface actualmente el canon de proporcionalidad, razonabilidad, excepcionalidad y subsidiariedad que exige la doctrina constitucional», dice el escrito del magistrado ponente Enrique García López-Corchado.

Trujillo ingresó en prisión el pasado 22 de marzo después de declarar ante la jueza Mercedes Alaya, que lo acusó de 22 delitos, entre entre ellos obtención ilegal de subvenciones, falsedad en documento mercantil, cohecho, tráfico de influencias, prevaricación y malversación de caudales públicos.

Según el auto de prisión, Trujillo confesó haber recibido hasta 1,3 millones de euros en subvenciones al parecer facilitadas por su jefe sin procedimiento administrativo ni expediente alguno y a través de empresas fantasma que nunca llegaron a tener actividad. También falsificó la firma de su madre para que pudiera acceder a una póliza de prejubilación. Su relato produjo gran morbo en plena campaña electoral cuando confesó que llegó a gastarse hasta 25.000 euros al mes en drogas y fiestas que compartía con Javier Guerrero, extremo que este luego desmintió.

Javier Guerrero, con una fianza de 150.000 euros, es el único de los procesado por el caso de los ERE que queda en prisión. Antes de la salida de Trujillo lo hizo el exconsejero de Empleo, Antonio Fernández. El exchófer de Guerrero salió del recinto penitenciario «visiblemente nervioso» ante la presencia de los periodistas, según relata Efe. Llevaba dos bolsas con sus enseres y con ellas de la mano esperó en la garita de la salida a que llegara a recogerle un taxi.

Riesgo de fuga

La jueza Alaya ha procesado hasta ahora a 60 personas por el escándalo destapado en la Consejería de Empleo por el uso fraudulento de una partida destinada a ayudas a empresas en crisis y a sus trabajadores. La Fiscalía pidió que Trujillo permanezca en prisión por riesgo de fuga. El abogado defensor argumentó que su defendido carece de patrimonio familiar o personal.

La Audiencia entiende que en los siete meses que lleva en prisión no ha habido diligencias que hayan modificado las circunstancias procesales de Trujillo. Además advierte de que que no hay «visos de una pronta finalización de la instrucción» para colegir con ello que de acuerdo con la doctrina de la Constitución no se le puede negar la prisión preventiva.

El auto subraya de forma clara que puede darse una situación de «agravio comparativo» con la situación de otros procesados, ya que, afirma, «diversas empresas administradas por otros implicados en los hechos que se investigan habrían sido beneficiarias de ayudas directas y sociolaborales presuntamente ilícitas por cuantías similares o incluso superiores a las recibidas por el Sr. T., sin que ello haya motivado su ingreso en prisión preventiva».