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«Tenemos pánico, con 40 años ¿quién nos va a contratar ahora?»

El cese de la fábrica deja tras de sí a muchas familias sin ingresos al tener entre su plantilla a varios matrimonios

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Una larga fila de cruces conduce a la empresa Visteon en el polígono Tecnobahía de El Puerto. Al final del camino estuvieron ayer Mar Otero y José María Sánchez, una de las muchas parejas que se han formado a lo largo de 20 años en esta planta gaditana y que ahora se ven en la calle sin ningún tipo de ingresos. Ninguno de los dos ha asimilado aún la noticia. De vez en cuando les viene la vaga ilusión de que todo ha sido una pesadilla y que con el sonido del despertador acabará todo. No será así y lo saben. Los dos entraron ya como novios en 1992, con los 21 años cumplidos y las esperanzas puestas en que la jubilación les llegaría en Visteon. «Les hemos dado los mejores años de nuestra vida porque cuando tienes 20 años te vuelcas de lleno en el trabajo. Es todo ilusión», contó Mar. Pero el jueves esta ilusión se vio apagada de golpe. «Lo primero que piensas es que no van a cerrar, que es una estrategia empresarial para negociar cualquier cosa porque ¿cómo van a cerrar si tenemos la fábrica a pleno rendimiento?». Pero lo hicieron, «y de la peor manera posible», explicó Mar. «Si me hubieran contado algo así hubiera respondido: ¡Qué poca vergüenza! Pero mi empresa no actuaría así. Me equivoqué».

Cuando se percataron de que el servidor no funcionaba y de que todo en la planta comenzaba a apagarse se dieron cuenta de las repercusiones del cierre. «Lo primero que pensamos fue en la familia, sobre todo en mi madre», confesó Mar. «De los tres hermanos que somos, el mayor estaba en Delphi y el segundo trabajaba de eventual en Visteon y me decían que al menos, mi marido y yo teníamos un trabajo, pero ahora ni eso. Luego piensas en tus hijos y suspiras porque al menos no tenemos que pagar hipoteca como muchos de los compañeros de la fábrica». En tercer lugar viene el choque con la realidad: la edad. «Tenemos 40 años, una edad muy complicada porque estamos en medio de la vida laboral y sabiendo cómo está el mercado ¿quién nos va a contratar?». Por último llega «el pánico porque para la gran mayoría éste ha sido el primer y único puesto de trabajo y aquí esperábamos jubilarnos». Lo peor para este joven matrimonio es la incertidumbre que se cierne sobre su futuro. «Cuando el lunes llevemos a nuestros dos hijos al colegio y volvamos a casa ¿qué vamos a hacer? ¿Mirarnos las caras mientras estamos sentados en el sofá?». La idea de recoger las cosas y partir en busca de trabajo de momento está lejos. «En El Puerto tenemos a nuestra familia y estas cosas no hay que hacerlas en caliente».

José María y Mar echan la vista atrás y saben que con el cerrojazo dejan atrás muy buenos momentos. «Toda la plantilla hemos sido como una familia, aquí se han formado muchos matrimonios y ahora estábamos viendo crecer a nuestros hijos. La gran mayoría fuimos compañeros de estudios». Al igual que las más de 400 familias que se has visto afectadas por el cierre de la filial de Visteon no piensan darse por vencido. «Seguiremos acudiendo a la planta para que no se olviden de nosotros. No pueden cerrar y marcharse a China porque les sale más barato. Está en juego el futuro de muchas familias».