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«Somos un pack»

Carolina Cerezuela afirma que ella y Carlos Moyá ponen «la unidad familiar por encima de todo»

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Cinco minutos junto a Carolina Cerezuela bastan para comprobar que es una de esas personas llenas de energía y con las ideas clarísimas. «He encontrado el rol de mi vida», proclama. Y no se refiere a Mónica, su personaje en 'Camera Café', una serie que podría volver a la pequeña pantalla, sino a su papel como madre de Carla, la hija de 10 meses nacida de su relación con el tenista Carlos Moyá. «La maternidad, vivir en pareja, formar una familia. Todo eso me llena completamente. Y dudo que encuentre algo en la vida que me aporte más satisfacciones -afirma Cerezuela-. Yo siempre presumía de vivir muy a gusto sola. Hasta que probé lo bueno».

Todo esto lo comentaba la actriz el jueves, en Madrid, en la presentación de un colchón para el que ha protagonizado un anuncio junto a su también rubísima y exuberante madre, María José Gil, una funcionaria del Ayuntamiento de Elche que acaba de estrenarse en el mundo de la publicidad. «Hemos descubierto una estrella», bromeaba Carolina justo antes de explicar que «Pikolín está desarrollando una campaña solidaria en colaboración con la Asociación Española de Osteoporosis, y por eso quisieron contar con una mujer de mediana edad». La marca de colchones a la que Cerezuela presta actualmente su imagen es aún recordada por el famoso ¡A mí plin! «Yo lo digo constantemente desde que tengo la niña -admite ella-. Cosas que antes me abrumaban ahora no tienen la menor trascendencia. Que ya no me cuenten historias, que ahora sé lo que de verdad importa. Me ofrecen trabajos que me obligan a separarme de mi familia y digo que no. He aprendido a decir no de tal manera que ya casi le estoy cogiendo gusto», ríe Carolina. Un día fuera de casa es todo lo que negocia esta actriz. «Un día y sin noche de por medio, porque si encima hay que hacer noche, entonces tienen que llevar también a mi marido y a mi hija. Nosotros más que una familia somos un 'pack'. Donde va uno van los otros dos».

Y se mueven. En las últimas tres semanas los Moya Cerezuela, que por cierto aspiran a tener «al menos dos hijos más», han estado en Bogotá, Moscú y Brasil, donde el tenista ha ganado el Senior Tour. «Carlos dejó la ATP, pero no completamente el tenis. Ahora cuando le apetece sigue jugando. Y siempre nos lleva con él. A veces, también a mi madre con la que se lleva genial». Tal como explica Cerezuela, «todo forma parte de un pacto. Cuando decidimos formar una familia, aceptamos renunciar a otras cosas y poner la unidad familiar por encima de todo lo demás. Y creo que acertamos. Carlos, que estando yo embarazada jamás se saltó una ecografía, desde que es padre es feliz. Está espectacularmente guapo, ha desarrollado un instinto de protección hacia mí y hacia la niña increíble y hasta juega al tenis con otra salud y otra alegría».

¿Vuelve 'Camera Café'?

Muy alta (mide casi 1,80) y escultural, Cerezuela, nacida en Elche hace 31 años y licenciada en Relaciones Laborales, atesora el título de Linda de España, pero se dio a conocer al gran público por su papel de Mónica en 'Camera Café'. Ahora esa serie podría volver. «Nos han llamado a los actores de entonces, pero aún no hay nada seguro. Y yo tampoco sé si me interesa», aclara la actriz. Mónica era, como ella dice, «la diosa de hielo. Yo, gracias a Dios, no -precisa Carolina- . Pero sé hacérmelo cuando toca». Ahora ha vuelto a teñirse de rubia, tras una etapa de morena. «Durante el embarazo me sentía tan segura y tan bien que decidí probar. A Carlos lo tenía loco, por la novedad supongo. Y a mí el ser morena me obligaba a pensar más, ja, ja, ja... Pero luego me han salido diversos trabajos y he vuelto al rubio. Creo que mi auténtica personalidad es rubia». Controladora, políticamente correcta, poco dada a los gritos y a los llantos pero capaz de hacerse oír. Así se define Carolina y así define también a su hija Carla que en cuestión de carácter por lo visto ha salido a ella. El 'pack' de los Moya pasará, como siempre, las vacaciones en su casa de Mallorca, entre playa, barco y cenas íntimas con amigos. Y de momento sin boda, porque Cerezuela, con lo nítido que lo tiene todo, lo del matrimonio no acaba de verlo claro. En eso siempre se ha considerado 'novia a la fuga'.