Y FUERA

LA GRADA QUIERE SANGRE

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La grada, el público la masa es mucho más dura que cuando se divide en cientos de individuos. No tiene piedad y muy pocas veces se mueve por sentimientos. En el Xerez hace tiempo que los buitres esperan su momento para meterle mano al fiambre y por suerte o por desgracia, Javi López está muerto, es historia para la sociedad anónima deportiva azulina. Emilio Viqueira entiende que no puede ir a contracorriente y deja de lado sus principios futbolísticos. Y en cierta manera el gallego lo hace por amor a unos colores y por respeto a un escudo, pues precisamente la afición del Xerez Deportivo es la que mantiene viva la llama del xerecismo. Y la grada de Chapín hace mucho tiempo que dictó sentencia. Casi antes de que el entrenador catalán aterrizara en la ciudad ya le estaban pidiendo que se marchara por donde había venido. Ni tan siquiera Ziganda, se encontró un ambiente tan complicado como el que ha tenido que lidiar una persona que ha superado con creces el objetivo para el que fue contratado. Y es que no me cansaré de repetir que se está siendo injusto con un hombre sincero en sus declaraciones y valiente con la pizarra. Es cierto que los cambios pueden que no sean su fuerte y que a nivel emotivo está muy lejos de animales psicológicos como Esteban Vigo o Pipo Gorosito. De hecho, ese ha sido su gran pecado, no claudicar ante las peticiones de la grada. Pero la realidad es que Javi López ha tenido la capacidad suficiente para superar un año extremadamente complicado para el Xerez. Quizás con el tiempo se valore su trabajo y se tenga presente que logró salvar sin apuros un Deportivo que otra vez empezó la temporada con dos jugadores y con una importante inferioridad económica.

El público quiere su cabeza, y la tiene. En cierta medida entiendo la decisión de Emilio Viqueira, pero espero que alguna vez este club tenga la inteligencia suficiente para darse cuenta lo importante que es la continuidad de un proyecto.