Economia

La rehabilitación pide más y mejores incentivos fiscales

El Gremio de Constructores asegura que el actual marco impositivo «resulta insuficiente y favorece la economía sumergida»

MADRID. Actualizado: Guardar
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La construcción no está satisfecha con las medidas de impulso a la rehabilitación planteadas por el Gobierno. Así se reflejó ayer en Construmat, la gran feria del sector, en cuya clausura el Gremio de Constructores criticó por insuficiente el apoyo del Ejecutivo al negocio. A juicio de la organización, «el marco fiscal va en contra del mercado de la rehabilitación y favorece la economía sumergida». La queja se extendió a la obra pública, la gran damnificada por los planes de ajuste del Gobierno, para la que empresas y patronales exigen más inversión a la luz de su importancia tanto en términos de recaudación como de empleo. El presidente del Gremio de Constructores, Néstor Turró, cargó de forma muy dura contra el marco fiscal que soporta la rehabilitación y que, paradójicamente, fue reformado por el Consejo de Ministros el pasado 20 de abril para elevar las deducciones en el IRPF por obra y abrir más la horquilla de contribuyentes que se pueden beneficiar de las ventajas en su declaración. El negocio ve insuficientes a todas luces esas medidas. Y va más allá, al afirmar que el actual escenario «contribuye a perpetuar el mantenimiento de la economía sumergida en el sector», en palabras de Turró.

Para el constructor, resulta imprescindible una simplificación de la normativa aplicable a las obras de reparación, mejora y mantenimiento de edificios. «Nos preocupa la falta de concienciación del Ejecutivo», dijo Turró, quien calificó los últimos pasos dados por el Consejo de Ministros de «retahíla de medidas que se han quedado cortas a la hora de resolver los problemas». Aunque los apoyos «van en la buena dirección» -matizó-, «son claramente insuficientes y, lo que es peor, limitados en el tiempo». Se refería el empresario a la condición de que las obras protegidas por las nuevas deducciones fiscales solo gozarán de ese marco hasta el 31 de diciembre de 2012.

Entre las peticiones concretas del sector destaca la necesidad de aplicar el IVA reducido (8%) o el superreducido (4%) a todas las obras de rehabilitación y mantenimiento «sin ninguna excepción». Hoy, ese carácter queda limitado a algunas actividades. Otra de las ambiciones expuestas por el Gremio es la «flexibilización del concepto de renovación» o, dicho de otro modo, la posibilidad de que los trabajos que se realicen para convertir en viviendas las fincas que hoy no lo son se vean también amparadas por las ventajas en el IRPF y el IVA.

En su defensa del negocio, Turró subrayó que la rehabilitación y el mantenimiento «son actividades muy intensivas en mano de obra y que requieren de trabajadores especializados y de alto valor añadido». Y fue aquí donde lanzó un guiño a la Administración al asegurar que la mejora de las condiciones del sector redundaría de forma automática en una reducción de las cifras del paro.

Al mismo tiempo, el empresario hizo especial hincapié en que la adopción de sus propuestas «haría aflorar una parte significativa de los trabajos que en la actualidad se desarrollan en el ámbito de la economía sumergida, con el consiguiente incremento de la recaudación del Estado».