HAMILTON, SIEMPRE EN MEDIO

Otra vez este tío!, debió pensar Fernando Alonso cuando se encontró en su camino a Lewis Hamilton. El asturiano estaba luchando por el podio en la carrera de Malasia cuando, en su ansia por adelantar al británico, se dieron un toque por el cual ambos acabaron siendo penalizados con 20 segundos. Los comisarios, para no entrar en polémicas, adoptaron una decisión salomónica y no dieron la razón a ninguno.

El incidente le costó caro a los dos pilotos, ya que el bicampeón del mundo se tuvo que conformar con la sexta plaza y ya ve a Vettel a 30 puntos de distancia cuando solo se han disputado dos grandes premios, mientras que la estrella de McLaren terminó siendo octavo y perdiendo fuelle también en su lucha mundialista.

Lo peor de todo, que lo ocurrido da pie a que reaparezca la polémica por la mala relación que siempre ha habido entre los dos pilotos desde que fueron compañeros en Mercedes. Hamilton fue políticamente correcto en sus declaraciones, pero Alonso no se mordió la lengua y acusó a su rival de hacer «maniobras extrañas a más de 300 kilómetros por hora».

Parece que el asturiano no ha olvidado el mal trago que tuvo que pasar la temporada en la que Hamilton se le subió a las barbas, y lo de ayer no hace más que echar más leña al fuego. Y todo poco más de dos meses después de que apareciera la escabrosa biografía no autorizada de Berni Ecclestone escrita por el británico Tom Bower, en la que se acusaba a Alonso de sobornar a Ron Dennis para que se le tratará como al número uno de la escudería en detrimento de Hamilton.

Nada más terminar la carrera, las redes sociales y numerosos medios digitales recogían la polémica en sus comentarios. 'Twitter' y 'Youtube' echaban humo. Algo que no va a ser bueno para el de Ferrari, que bastante tarea tendrá con hacer de su monoplaza un coche ganador y con mantener controlados a Vettel y su Red Bull.