«La fama es una carga extrema que trato de convertir en algo positivo»

Mucho ha cambiado la carrera del actor Nicolas Cage (Palm Beach, 1964) desde que ganara un Oscar por su papel en 'Leaving las Vegas'. Abrumado por las deudas, Cage participó el pasado año en seis filmes, la mayoría dedicados a un público que nunca vio su interpretación merecedora de la estatuilla. Regresa con 'En tiempo de brujas' -mañana en las pantallas españolas-, una historia de terror en la época medieval dirigida por Dominic Sena ('60 segundos' u 'Operación Swordfish'). Cage da vida a Behman, un caballero de la Mesa Redonda que tras aventura en las cruzadas tiene que enfrentarse al poder de una bruja. Con 46 años, el actor es una de las estrellas más populares de Hollywood. Su trayectoria alterna grandes éxitos con sonoros fracasos, pero dice haber «madurado». Con fama de actor difícil, se mostró amable y simpático en el mítico hotel Four Seasons de Los Ángeles.

-¿Qué tuvo que aprender para crear a un caballero del siglo XII?

- Tuve que aprender a montar a caballo y esgrima. Firmé el contrato y me dediqué a prepararme. Me encantó ser un aprendiz. Lo que más me gusta de interpretar es tener la oportunidad de hacer cosas que nunca hice antes, como cabalgar. Sabía que tenía muchas escenas con espadas y a caballo y no había rodado ninguna de ese tipo en toda mi carrera. Al terminar 'Teniente corrupto' empecé con los ensayos de 'En tiempo de brujas'. Apenas tuve tiempo entre un filme y otro y pasé muchas horas dedicado a la coreografía de la película, tratando de poner mi cuerpo en forma. Cada mañana entrenaba con la espada y por la tarde montaba a caballo dos horas. Cada noche caía rendido en la cama. No tenía tiempo ni para recordar mi texto (se ríe).

-¿Cómo se involucró en el proyecto de 'En tiempo de brujas?

-Tuve la suerte de estar en el lugar adecuado en el momento idóneo. Llevaba mucho tiempo tras una película de acción donde pudiera convertirme en caballero de la Mesa Redonda y 'En tiempo de brujas' me brindó la oportunidad. Además me volvió a reunir con Chuck Roven, con quien trabajé en 'Ciudad de ángeles'. Las dos pelis tienen un elemento espiritual, hay fuerzas invisibles que mueven los hilos de la historia. Me fascina colaborar con este productor por su forma de tratar los personajes y el guion. 'En tiempo de brujas' me permitió interpretar desde un punto de vista abstracto, algo muy atractivo para mí como actor.

-¿Ayuda un filme como este que hace volar la imaginación?

- Sí. Por eso no dudé un instante en protagonizarlo.

-¿Ha cambiado mucho Nicolas Cage en los últimos cuatro años?

-Sí. Es muy natural, y no lo pienso demasiado. La llegada de mi nuevo hijo reordenó mis prioridades. Empecé a actuar muy joven y con los años he madurado; las motos siguen siendo importantes pero no tanto como en mi juventud. Leer libros, estar con mi familia, pasear en la naturaleza son mis tesoros.

-En 2010 estrenó seis películas, ¿sus problemas financieros le hacen multiplicar sus apariciones en el cine?

-Lo cierto es que no soy un adicto al trabajo y tengo necesidades creativas y personales. Necesitan ser atendidas y por eso he aparecido en 'Señales del futuro', 'G-Force', 'Teniente corrupto', 'Astro Boy', 'Kick-Ass', 'El aprendiz de brujo' y 'En tiempo de bujas' ahora.

-Tras 'La leyenda del tesoro perdido', ¿tiene más seguidores niños y jóvenes?

-Los niños son los más importantes para mí. Tengo a Walt Disney por un héroe increíble, el artista más influyente de nuestro tiempo. A veces falló como ser humano, pero era un genio. Llevó al cine clásicos como 'Pinocho', 'La Bella y la Bestia' y 'Blancanieves', los hizo accesibles a los niños. Con 'El motorista fantasma' traté de hacer la historia que él nunca hizo, probablemente por razones obvias, 'Fausto'.

-¿Está preparado para hacer la secuela de 'El motorista fantasma'?

-Todo lo que tienen que hacer es llamarme y estaré encantado de ver qué ocurre con mi decisión.