Julian Assange, a su llegada ayer al tribunal londinense de Belmarsh. :: REUTERS
MUNDO

El juez decide enviar a Suecia al patrón de Wikileaks

Aunque la defensa no presentó el argumento del posible envío de Assange a EE UU, esta medida exigiría autorización británica

LONDRES. Actualizado: Guardar
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El juez británico que ha visto en primera instancia la demanda de las autoridades suecas para que se extradite a Julian Assange por supuestos delitos sexuales falló ayer en favor de su envío. La defensa del patrón de Wikileaks tiene siete días para presentar un recurso y ayer ya expresó su inclinación a hacerlo.

Assange y sus abogados iniciaron este proceso judicial denunciando que tras él se urde una conspiración por la que se le requiere en Suecia por unos delitos inexistentes porque tiene como fin enviarlo desde allí a Estados Unidos, donde se le encarcelaría, dijo su abogado, en un centro como el de Guantánamo y donde su vida correría peligro.

Cada día han comparecido en el juzgado de Belmarsh celebridades que apoyan la causa de Wikileaks -el sitio de Internet que ha publicado cables diplomáticos de las embajadas de EE UU o datos confidenciales sobre la guerra en Irak-, pero en el interior de la sala esa causa general se ha ido reduciendo cotidianamente hasta el veredicto de ayer.

El magistrado Howard Riddle, especialista en casos de extradición, dictó un veredicto ceñido a los argumentos que se esgrimen habitualmente cuando se trata de una orden europea de detención y en el que manifiesta desconocimiento de las declaraciones extraprocesales, como las que Assange y sus abogados presentan tras cada vista ante las cámaras de medio mundo.

La fiscal sueca que pide la extradición es una autoridad competente para cursarla. La orden se dicta para interrogar al fugitivo con el propósito inmediato de presentar cargos. Los cuatro delitos que se investigan -tres de agresión sexual y uno de violación- lo serían también en la ley británica y son por tanto extraditables. Este sumario de conclusiones justifica el veredicto de Riddle.

Y el juez añade que, aunque la defensa de Assange no presentó en la vista final el argumento sobre su posible envío a EE UU, en caso de que Suecia recibiese y aprobase una petición en ese sentido tendría que pedir permiso al ministro de Interior británico y, si este lo diera, esa decisión podría ser recurrida ante los tribunales ingleses.

Vías muertas

Geoffrey Robertson, defensor de Assange, adelantó ayer que el veredicto le ofrece una posibilidad de recurso. Dice Riddle que el hecho de que los juicios por violación se celebren en Suecia a puerta cerrada no supone una quiebra de los derechos humanos. Robertson así lo mantiene y construirá sobre ello la apelación al Tribunal Superior.

A esa corte tiene derecho automático de recurso, pero para acudir a la última instancia británica, el Supremo, en el caso más que probable de que se confirme la extradición, debe recibir permiso judicial. La jurisprudencia sobre la euro-orden es apabullante como para contemplar que se dé venia a Assange para llegar al Supremo.

Pero los abogados plantean este recurso porque, al tratarse de un asunto de derechos humanos, pueden también apelar contra las sentencias británicas ante el Tribunal de Estrasburgo. Esa corte europea se ha mostrado reacia a intervenir en casos de extradición y prefiere que se presenten contra el país, en este caso Suecia, que, al dirimir casos de violación a puerta cerrada, infringiría derechos humanos.