Editorial

Valor en familia

La concepción cristiana de la familia aporta críticas que forman parte del debate social

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La celebración que la archidiócesis de Madrid viene organizando todos los años para ensalzar el papel de la familia como emanación de los valores cristianos congregó ayer a miles de católicos en la plaza de Colón madrileña para escuchar el mensaje del papa Benedicto XVI y las palabras del cardenal Rouco Varela. La Iglesia católica considera que la concepción cristiana de la familia constituye la esperanza con la que Europa y España cuentan para preservar su tradición y asegurar un futuro que haga justicia a la dignidad humana. Un año más ayer se hizo notar la severa crítica con la que la jerarquía eclesiástica y amplios sectores de creyentes contemplan la actuación de los poderes públicos en nuestro país y en otros al desarrollar la legislación que extiende el vínculo del matrimonio a las parejas del mismo sexo, posibilita su disolución mediante el divorcio, despenaliza y regula la realización de abortos clínicos y concede al ciudadano la opción de decidir sobre su propio final en caso de que una enfermedad le conduzca a un estadio terminal o le invalide gravemente. La inquietud que muchos católicos muestran ante el riesgo de que todo ello contribuya a banalizar hasta el extremo el valor de la vida, el compromiso de formar una familia y el sentido de la muerte deberían formar parte, en una medida u otra, de una preocupación general respecto a los valores comunes que una sociedad requiere para sentirse cimentada y transmitir su razón de ser a las futuras generaciones. Es bueno que el papa Benedicto XVI y el cardenal Rouco Varela se pronunciaran ayer con absoluta claridad en cuanto a los principios que inspiran la concepción cristiana de la familia, y no solo por lo valioso de su testimonio para la comunidad de católicos, teniendo además en cuenta que muchos de sus integrantes discreparán de su interpretación del «Evangelio de la familia». Lo es también porque permite establecer un diálogo franco en el conjunto de la sociedad, de modo que todos los ciudadanos conozcan puntualmente la posición oficial de la Iglesia católica y esta, a su vez, pueda tener noticia de los distintos pareceres que suscita su visión de la familia.