La plaza de los Descalzos, uno de los puntos negros de la ciudad. :: A. J.
PUERTO REAL

Multas de hasta 600 euros para quienes dejen la basura tirada en las calles del centro

El Ayuntamiento dice que ya envió una carta a los vecinos en la que se indicaba la ubicación exacta de los nuevos 'mini-contenedores'

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Algunos, con buenas intenciones, dicen que «se han puesto pocos», y que «quedan muy lejos». Otros simplemente 'pasan' de llevar las bolsas más allá de la esquina de su casa. La realidad es que, desde la implantación de los nuevos 'mini-contenedores' en las calles del centro, rara es la mañana en que los viandantes no tienen que encontrarse con montañas de basura en algunas esquinas señeras del casco histórico.

La postal no ha pasado desapercibida para el Ayuntamiento, que, transcurrido un margen prudencial desde la implantación del sistema, se ha decidido a pasar a la acción, por lo que a las multas se refiere.

«Se pedía a los ciudadanos que no dejaran los residuos en la calle, pero parece que ya no sirve ni el ruego, por lo que habrá que tomar medidas que les cuesten al bolsillo», advierte desde el equipo de gobierno el edil Federico Paz. Confían todavía en que este último llamamiento surta efecto, y «no haya que llegar a las sanciones» pero, por si acaso, están dispuestos a acudir a las ordenanzas municipales, que contemplan multas que oscilan entre los 300 y los 600 euros por este tipo de comportamientos, en función de su gravedad.

El ejecutivo local da por avisados a los vecinos, porque en el momento en que los nuevos contenedores se activaron se les pasó una carta por debajo de la puerta. En aquel escrito no sólo se anunciaba la puesta en marcha del servicio, sino que, además, se adjuntaba un plano con la ubicación exacta de cada uno de estos depósitos. Su número total se sitúa en los 59, según la información trasladada en los días previos por Apresa 21, la empresa encargada de la recogida de los residuos sólidos urbanos en la Villa.

Fuentes municipales explican que estos elementos se han dispuesto a una distancia máxima de 100 metros entre unos y otros, por lo que se estima que ese espacio no debería suponer un gran escollo para los habitantes del centro: «No pasa nada por tener que andar un poco para llegar hasta el contenedor», defiende Paz.

Fin del margen de cortesía

En cualquier caso, el margen de cortesía ha terminado. «Después de veinte días hay quien no se aviene a razones», lamenta el concejal, que asume, en cualquier caso, la dificultad de detectar a los desaprensivos. «Sólo nos queda ir a saber quienes son, y que pasen los filtros establecidos», habla sobre dejar caer el peso de las sanciones ante una actitud que, en una gran mayoría de los casos (hay excepciones), tiene que ver con el choque entre el civismo y la comodidad.

Para evitar cualquier tipo de polémica, el munícipe asegura que se han visto abocados a dar este paso «por el bien de la salud de todos y por el aspecto visual que se está proporcionando al centro».

Apela al «esfuerzo económico» realizado por el Ayuntamiento para adquirir tanto los contenedores como un camión de menores dimensiones a las habituales, dotado con una grúa para facilitar su labor en calles especialmente estrechas para con otros vehículos. «Qué por lo menos merezca la pena», reclama Paz con cierto tono de última oportunidad desde la administración municipal.