Tribuna

El futuro de Cádiz

PROFESOR TITULAR DE DERECHO CONSTITUCIONAL DE LA UCA Actualizado: Guardar
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En sólo doce meses, las Elecciones Locales de mayo de 2011 abrirán la legislatura municipal que finaliza en 2015, un año que marca ya el objetivo de la planificación estratégica de numerosas ciudades españolas, mientras Cádiz vive su futuro a corto plazo en plena recta final del Bicentenario 2012 sin total garantía de que los contenidos planteados inicialmente vayan a ejecutarse en fecha ni, debido a la crisis económica, tengan segura planificación y financiación a medio plazo.

Ante tal realidad, debemos preguntarnos si la inminencia del Bicentenario puede ser una excusa para obviar la imprescindible planificación de la segunda década del siglo XXI en el contexto de la Bahía de Cádiz y para posponer la esperada articulación de actualizadas estrategias que permitan resolver por fin sus ineludibles y recurrentes problemas de paro, falta de cultura emprendedora, escasez de vivienda, deficiente desarrollo metropolitano, mejorable liderazgo en la provincia y deseable conexión con los procesos económicos que se plantean en el Estrecho de Gibraltar.

Pues bien, sirvan estas líneas para recordar los tres retos pendientes que han de presidir la estrategia de Cádiz a medio plazo. En primer lugar, queda aún por liderar, diseñar y desarrollar la red de relaciones intermunicipales y supramunicipales de la Bahía a partir de las bases sentadas por la Mancomunidad de Municipios, una entidad cuyas realizaciones parecen muy limitadas si la comparamos con otras Mancomunidades. ¿Qué se está planificando por la clase política local para hacer avanzar a la Mancomunidad y organizar la Bahía de cara al 2015? ¿Pueden pervivir a estas alturas, tal como están, siete estructuras locales concebidas en el siglo XIX y gobernadas por 170 concejales en un territorio que reclama ya una gestión única y simplificada en muchas políticas sectoriales: servicios sociales, fiscalidad, promoción turística, cultura, urbanismo, ordenación comercial, medio ambiente.? Por mucho que los distintos partidos políticos aplacen todo intento de concretar objetivos y consensuar acuerdos en este ámbito, debemos advertir que la Bahía lleva un retraso de muchos años en el proceso metropolitano, y que ha llegado la hora de dar un impulso a las relaciones intermunicipales y supramunicipales para lograr la deseable integración económica y administrativa de la Bahía, la austeridad en el gasto público local, la simplificación de las estructuras administrativas, la armonización de estándares de calidad y la coordinación de los servicios públicos municipales.

En segundo lugar, debe abordarse una ambiciosa y coordinada política mancomunada de vivienda, de liberación de suelo y de ordenación del territorio a partir de la integración de los distintos planes generales de ordenación urbanística, los cuales habrán de ajustarse mejor al Plan Subregional de Ordenación del Territorio de la Bahía de Cádiz, conforme a principios de complementariedad entre los municipios de la Bahía. La actual oferta de vivienda, además de insuficiente, resulta poco realista teniendo en cuenta el bajo nivel de renta de la mayoría de los ciudadanos.

En tercer lugar, todavía está por finalizar la red integral de comunicaciones viarias y ferroviarias que ha de conectar a Cádiz con la Bahía de Algeciras y, en este ámbito, debe recordarse que cuanto más tarden en ejecutarse estas perentorias necesidades de infraestructura, más tiempo quedará la Bahía de Cádiz desvinculada del espacio de integración económica, portuaria y logística que se está articulando en torno al Estrecho de Gibraltar (Tánger-Med/Algeciras).

Por último, debe recordarse que el proceso de modernización económica y desarrollo humano que precisa Cádiz pasa por el fortalecimiento de la sociedad civil gaditana, la promoción real del espíritu emprendedor, un valiente proceso de reformas administrativas de sus municipios, así como una permanente exigencia de formación continua, de permanente empleabilidad y de creciente adaptabilidad laborales. Aseguraba hace unos días el Comité de Sabios de la Unión Europea, dirigido por Felipe González, que los europeos nos encontramos en un punto crítico de nuestra historia, y que resulta imprescindible movilizar las energías de todos, en cada nivel de la sociedad (responsables políticos, ciudadanos, empresarios y trabajadores) en un renovado proyecto común. Y concluía que cada cual debe convertirse en «agente de cambio y no soportarlo pasivamente». Pues bien, también la Bahía de Cádiz, que acumula un conocido historial de trenes perdidos, se está jugando su futuro en un contexto andaluz, español y europeo de cambio global. El Bicentenario es otra cosa.