Imagen de un panel solar en el municipio sevillano de Sanlúcar La Mayor. :: REUTERS
Economia

Arrecia la tormenta eléctrica

Las empresas denuncian que la forma de actuar del Gobierno encarece la financiación y arruina sus proyectos Industria prepara cambios en las primas al sector de las energías renovables

MADRID. Actualizado: Guardar
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Las cifras de cierre del sector eléctrico español en 2009 sacan a la luz todas las contradicciones imaginables. El hundimiento de la demanda en un 4,6% de media, el más acusado de la historia reciente, coincidió con un desplome del 42% en precios mayoristas. Pero esa caída en picado ha ido en paralelo a un sobrecoste de la generación que ha incrementado el déficit de tarifa, una hipoteca que lastra el recibo de los usuarios en el futuro.

Los hogares y pequeños comercios ya pagan más desde el 1 de enero y se avecina otro encarecimiento el 1 de julio. La Comisión Nacional de la Energía habla de un desfase cercano al 25% que el Gobierno no puede trasladar de golpe a los recibos domésticos.

¿Es la factura de la energía verde? Sólo en parte. El grueso responde al descontrol en la producción incentivada, y el Ministerio de Industria tiene entre manos un ajuste de las primas que cobran algunas tecnologías renovables. Pero, en el fondo, la crisis no ha hecho más que agudizar el efecto de los errores de las políticas energéticas de las dos últimas décadas.

En 2009, las primas a energías renovables ascendieron a 4.719 millones de euros, para una tecnología que cubrió el 18% de la demanda eléctrica. Pero el reparto fue muy desigual: la eólica recibió 1.608 millones, un 34% del importe total, mientras realizó una contribución del 13%, mientras las tecnologías solares (fotovoltaica y termosolar) recibieron 2.588 millones y apenas aportaron el 2%. Se puede considerar normal que unas tecnologías que garantizan independencia -el sol sale para todos- y están en fase de aprendizaje requieran elevado apoyo económico. Pero al calor del sol se arrimaron inversores no industriales, sino puramente financieros, animados por las altas rentabilidades prometidas. Los tiempos de vacas gordas han concluido, y con ellos el periodo de manga ancha que facilitó la entrada en el sector de capital especulativo.

Muy distintos costes

Que Industria tiene que poner coto a la situación lo reconocen todos. Admiten que producir un megavatio/hora con ciclo combinado cuesta 38 euros y hacerlo con parques eólicos sale por 102 euros, mientras que generarlo con energía solar eleva el coste a 356 euros con tecnología termosolar y a 399 euros en el caso de la fotovoltaica. Pero el Ministerio parece haber optado por lanzar el mensaje de que el ajuste en las retribuciones tendría carácter retroactivo. Y todo el sector de renovables ha sido capaz de ponerse de acuerdo para denunciar esa actuación. «Cambiar las reglas del juego a medio partido es una decisión muy grave que impacta sobre las decisiones de inversión futuras», argumenta Iberdrola, un destacado operador de renovables.

Las primas del régimen especial (renovables, cogeneración, grandes hidráulicas, biomasa, tratamiento de residuos) escalaron finalmente hasta una cifra de 6.215 millones en 2009, un 55% más de lo previsto. Por esta causa, el año acabó con un déficit de tarifa de 4.200 millones, frente a los 3.500 millones que se habían previsto. Será un milagro que el déficit de tarifa pueda bajar a 1.000 millones en 2012 y desaparecer el año siguiente, como se ha establecido.

Por qué sube la luz

El 'agujero' del déficit se generó cuando un Gobierno del PP decidió que el recibo eléctrico no podía subir, pero las empresas del sector obtuvieron no sólo una jugosa compensación por la entrada en régimen de competencia, sino que se les reconocieran los costes incurridos para su abono futuro. Ahora estamos pagando parte de los consumos de entonces. Con datos de la Comisión Nacional de la Energía sale un sobrecoste de unos 5 euros por usuario al mes. A más déficit, mayor recargo.

Buena combinación

El Ministerio de Industria lleva tiempo trabajando en un nuevo marco estable para el sector eléctrico. Tendría que ponerlo casi todo en revisión. El último grito de alarma lo lanzó Gas Natural Fenosa, que, con un elevado desarrollo de ciclos combinados, ha visto cómo la que fue tecnología estrella hace apenas diez años, se queda ahora relegada porque hay que apoyar el carbón, y no obtiene compensación por 'lucro cesante' cuando se le impone quedar en la reserva. Pero los ciclos combinados -como la nuclear, por otra parte- mantienen justamente la potencia que se necesita para que el país no se pare cuando no sopla viento.

Todas las empresas de energías renovables han salido al paso de las noticias y rumores sobre el cambio regulatorio. Las solares añaden sus propios argumentos: el régimen de primas ayuda al desarrollo de una energía autóctona y no contaminante, al tiempo que reduce la dependencia de la procedente de combustibles fósiles (fuel gas, petróleo). Si ha habido especulación o fraude, lo que se trata es de determinar con claridad el terrero de juego. Y de respetar lo pactado, posteriormente.

El precio del 'pool' va por un lado, y la tarifa por otro. Los 24 millones de usuarios domésticos, con escasa información y poca capacidad de negociar precios, optan por pagar una tarifa llamada de último recurso, que se fija en parte en función de una subasta que toma en cuenta el mercado mayorista y los precios de adquisición de energía en mercados internacionales. Pero que luego añade el acceso a redes y, por descontado, el déficit heredado. De ahí las expectativas de aumento.