Aquellos personajes

Hace unos días, una serie de personas han sido designadas, por la Junta, como receptoras del título de 'Andaluces del Año' por la labor realizada en sus diversas profesiones.

Pero a los que hoy quiero homenajear, en estas modestas líneas, es a esos otros personajes que también dentro de su humildad y su anonimato han escrito, a su forma, una página de la historia de Cádiz. Aunque no hayan traspasado fronteras. Sólo son algunos de ellos y pido perdón por los que no cito. No por ello menos famosos.

Si les nombro a Manuel Díaz Caballero no sabrán decirme quién fue. Era el célebre 'Marchena Piqüito'. Si les hablo de Vicente 'El Largo', sabrán que era un alcalaíno que calzaba el número 54 y siempre llevaba unas botas de las llamadas de 'becerro vuelto'. Bastante bien vestido y aseado, dentro de su modestia, nunca pedía pero aceptaba cuanto se le daba.

Manolo 'El Aviador' era limpiabotas, pero su verdadera vocación era la de radiotécnico. Radio que caía en sus manos, jamás volvía a funcionar. 'Matías Prats' llamado así por su vocación de radiar partidos emulando al célebre locutor. Continuaríamos con Juanito 'El de la Guitarra', siempre con ella a cuestas aunque sólo llevaba la funda. O 'El Mona', al que metían en una jaula de Carnaval cada cabalgata porque así lo pedía.

Martínez 'El Loco', con sus bailes. Agustín Recuerdo, más conocido por 'Hijo de la Tomasa'. De los últimos en desaparecer, Carlos 'El Legionario', al que le hubiera gustado ser Millán Astray. No olvidemos a 'El Troy', que nadie sabe que jugaba bastante bien al fútbol.

Han sido algunos en la pequeña historia de Cádiz. Ni malas personas, ni delincuentes.