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Una película para el rey del porno británico

Michael Winterbottom lleva al cine la vida de Paul Raymond, el gran magnate de la industria X en el Reino Unido

MADRID Actualizado: Guardar
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¿Un ser amoral o un verdadero héroe británico? Ni durante su vida ni tampoco cinco años después de su muerte se ponen de acuerdo en el Reino Unido sobre Paul Raymond. Rey del porno en los años 60, primer empresario que abrió un club de striptease en todo el país, precursor del Soho londinense, la figura del que llegó a ser el mayor millonario del país gracias a la industria del sexo vuelve al primer plano con el estreno la próxima semana de la película ‘The Look of Love’, dirigida por el siempre polémico Michael Winterbottom.

Lo que nadie le niega a Raymond es su casta de pionero. En 1958, se enfrentó a las principales autoridades del país para abrir el Raymond Revuebar, el primer local que se atrevió a enseñar a bailarinas desnudas. Su éxito fue brutal: en los dos primeros años, el establecimiento consiguió más de 45.000 socios, algunos de ellos tan ilustres como los actores John Mills o Peter Sellers.

A partir de ese inicio, el gran pornógrafo británico fue extendiendo un imperio gracias a las publicaciones X y las propiedades inmobiliarias, sobre todo en el Soho londinense, un barrio que transformó completamente y que convirtió en el más picante, y también en el más divertido, de la ciudad. En 1967 se convirtió en el socio 644 de la Gran Orden de las Ratas de Agua, una fraternidad que englobaba a los grandes artistas del país, por su contribución al entretenimiento en el Reino Unido.

Con estas credenciales llegó a convertirse en 1992 en el hombre más rico del país. En 2008, el año de su muerte, con 82 años, acumulaba una fortuna de 650 millones de libras. Pero su vida privada le dio muchos disgustos. Casado y emparejado en numerosas ocasiones, tuvo tres hijos. Su favorita, y a la que legó la dirección de sus negocios, fue Debbie, que sin embargo falleció en 1992, un acontecimiento que hundió a su padre en una reclusión voluntaria hasta su muerte.

La película de Winterbottom retrata las mejores cualidades de Paul Raymond: su rebeldía contra el poder establecido, su lucha contra la falsa moral, su pelea de Quijote ante gigantes. Quizá por eso, muchos de los que lo conocieron creen que el retrato del personaje ha quedado demasiado limpio. “El problema de la película es que Raymond era un personaje demasiado sórdido, cómico y superficial como para otorgarle otro tipo de grandeza”, ha escrito el crítico del The Independent Geoffrey Macnab. Para muchos, es un filme demasiado indulgente. Para otros, en cambio, solo retrata fielmente la figura de un hombre avanzado a su tiempo.