crisis en nueva rumasa

Genio y figura...

Las cartas que José María Ruiz-Mateos remitió al presidente y directivos del Santander apelan una vez más a los sentimientos o la religión antes que a argumentos económicos

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La familia Ruiz- Mateos ha difundido algunas de las cartas enviadas al presidente y a los directivos del Banco Santander por el patriarca, José María, o por su mujer, Teresa Rivero. En ellas, los dos miembros del matrimonio apelan una vez más a los sentimientos o a la religión, antes que a argumentos económicos, para pedir a los responsables de la entidad financiera que "no dejen caer" a las empresas del grupo. "Sería horrible, de consecuencias inusitadas y además innecesario", asegura en una de las misivas el jefe del clan.

"Querido Emilio -escribió José María al presidente del Santander, Emilio Botín, el pasado 10 de junio- pese a lo mal que lo estamos pasando por la postura de tu banco, quiero que sepas que hemos celebrado una misa en la capilla de mi casa pidiendo por tus intenciones para que consigas tus deseos, en momentos tan difíciles como los que atravesamos. Un fuerte abrazo".

El 22 de septiembre, el patriarca de Nueva Rumasa, tras haber fracasado en sus gestiones con diferentes directivos, pedía audiencia a Emilio Botín, y le pedía que, haciendo un acto de humildad, recibiera a sus seis hijos varones, a los que calificaba de "inmejorables". Pero después elevaba el tono. "Si sois capaces de llegar a un acuerdo de futuro, prometo que seguidamente después me retiro, sin dudar, y todo resultará altamente satisfactorio para ambas partes", apuntaba. "De lo contrario, después de tanta injusticia y continuada persecución, no tengo nada que perder, lo que sería un grave error por tu parte, pues dejarías de ser el ombligo de oro del mundo, y debes saber que los banqueros sois los más odiados de la sociedad en que vivimos". "Tú sabrás", concluía.

Carta a Botín

Antes, el 17 de marzo de 2010, José María Ruiz- Mateos celebraba que la abuela del director general del Banco Santander Javier Peralta fuera cubana, porque le había remitido una medalla de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de aquella tierra, para interceder en sus demandas. Y esa coincidencia le llevaba a pensar en varias cosas: "Posiblemente que al líder Fidel Castro le queda poca vida (...) Probablemente en breve abriréis una oficina en La Habana. Que tendréis la ocasión de propagar la devoción mariana para su advocación. Y, finalmente, lo más importante, que tú has sido elegido para tan hermosos fines".

Después, las cosas se torcieron. Y en la carta dirigida a Emilio Botín el 29 de noviembre del pasado año, José María Ruiz-Mateos se dirigía al presidente del Santander para, tras atribuir las "moderadas necesidades de ampliación de liquidez" del grupo a "la situación económica que atraviesa Europa", pedirle socorro, en su condición de "principal prestamista". El presidente de Nueva Rumasa se declaraba "convencido hasta la saciedad de que con un cambio de impresiones contigo, se pueden encontrar soluciones factibles, viables y buenas para todos".