Tribunales

Pacheco:«Había días que podía firmar hasta cuarenta escrituras, no me la leí»

El exalcalde de Jerez declara ante el tribunal por el caso de la estación y asegura que no intervino en la operación porque «ni estaba capacitado ni tenía tiempo»

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El exalcalde de Jerez tomaba la palabra pasados ocho minutos de las diez de la mañana de ayer. Era su turno y empezó con ganas. A preguntas del magistrado sobre si quería o no declarar fue tajante. «¿Acaso quedaba alguna duda?». Mucho se había hablado en todo este tiempo de su posible participación en un ‘arreglo’ para vender a unos promotores afines la vieja estación de la localidad por la mitad de su precio de mercado, y, ayer, era su momento.

El exregidor era el primero en declarar y lo hacía aparentemente seguro, atrevido, e incluso se permitió en ocasiones mantener un tono desafiante con el fiscal. Tanto fue así que tuvo que ser apercibido por el presidente del tribunal, el magistrado Ignacio Bermúdez:«Si alguien llama la atención aquí, soy yo», le dijo.

Durante dos horas estuvo respondiendo a las cuestiones de las partes en la sección octava de la Audiencia provincial. A preguntas del Ministerio Fiscal, que se mantuvo firme en todo momento, Pacheco negó haber intervenido en la venta del solar, ya que, como insistió esa operación estaba «santificada» por los concejales que integraban el consejo de administración de Emusujesa, el Pleno del Ayuntamiento jerezano y el interventor. El exalcalde insistió que «nunca interfirió hacia abajo» durante su gestión al frente del Consistorio durante más de 20 años, porque era «responsable político» y no «técnico», que para cuestiones como la aludida «tenía un equipo impresionante».

Sin capacidad técnica

El exalcalde explicó que la operación de la estación de autobuses formaba parte del «interés de desprenderse de activos innecesarios», una cuestión que según dijo, se mantuvo durante los dos pactos de gobierno en los que participó, con el PP y con el PSOE a pesar de los roces políticos. A preguntas sobre su responsabilidad como delegado de Urbanismo y vicepresidente de la empresa municipal en aquellos tiempos, el exalcalde derivó en varias ocasiones el asunto a los técnicos. «No tenía tiempo ni estaba capacitado», contestaba por ejemplo a la falta de sello en la propuesta de venta. «No podía ver todo personalmente. Lo hacían otras personas mas capacitadas».

El fiscal le recordaba que el expediente había sido aprobado en dos plenos, algo que Pacheco matizó que se debió a que el secretario tuvo que añadir «un reglón» en el que se recordaba que no se podría ocupar ese suelo mientras en él se siguiera dando algún servicio público. Y que en esas sesiones plenarias «nadie vio la necesidad de corregir su tasación inicial» de 2004 (de 1,76 millones de euros) a pesar de que se volvió a dar luz verde en 2006. Es más, se congratuló de que no se hubiera hecho «porque , se hubiera devaluado un bien que ya tenía 32 años». Sin embargo, un peritaje a la Agencia Tributaria incluido en el escrito del fiscal sostiene que el precio de la finca se hubiera elevado a los 4,5 millones, casi tres millones de euros más.

Sobre la ausencia de publicidad y concurrencia, que sí están recogidos en los estatutos de la sociedad municipal, el exregidor, después de hacer un alegato de defensa sobre su labor al frente del Ayuntamiento jerezano como motor del cambio de la ciudad, coincidió en el testimonio dado por el exgerente Miguel Ballesteros afirmando que estas condiciones ya se cumplían por las «notas de prensa» que emitieron y el «boca a boca» que provocó «visitas continuas» tanto a Emusujesa como a la Gerencia de Urbanismo que «siempre estaban abiertos». Sobre si él mismo vio esa oferta, recalcó que su actividad de llevar para adelante cuatro áreas no se lo permitía.«Yo no podía ver todo personalmente. Había otras personas más facultadas», expuso a pesar de que muchas de esas ofertas como quedó acreditado en los escritos mostrados iban dirigidos a su nombre.

«Amigo» del Turronero, después

Además Pacheco negó haber interferido en el proceso a favor de la sociedad de José Luis López, ‘El Turronero’, a pesar de que Ballesteros en la sesión del miércoles dijo que le había dicho que eran «gente seria». Pacheco negó esta afirmación e incluso dijo que no era su amigo, sino que se cosecharon esa amistad cuando dejó la política. De esta manera negaba haber tenido contacto con Ingeniería Jiennense, la sociedad que acabó comprando la estación de autobuses, para darle trato de favor alguno. Más tarde esa amistad se hizo grande y actualmente continúa:«Cuando va a verme a Puerto III y me mira a través del cristal sé que es mi amigo».

Cuestión destacable fueron las preguntas referentes a su intervención en la firma de la escritura. Sí admitió su rúbrica en la finalización de la compra venta en abril de 2006 pero sin haberlas leído. «Nunca leí esa escritura. Hay día que he firmado cuarenta. Aparecía en el acto final, firmaba y volvía a mi despacho», contó. Tampoco tuvo constancia de que ese mismo día que se escrituró el administrador único de Ingeniería Jienense vendió una parte de la finca «a un tercero».

Por último, Pacheco -que se ha levantado en al menos dos ocasiones de la silla para estirar las piernas mientras declaraba- aseguró que el 90 por ciento se destinó a un Consistorio «con ansias de cubrir su déficit de tesorería». «Sólo me enteré que había entrado dinero en el Ayuntamiento y nos frotamos las manos».

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