Tribuna

Mi primo el inmobiliario

ASESOR INMOBILIARIO Actualizado: Guardar
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Cuál es el futuro del maltrecho sector inmobiliario? ¿Merece la pena comprar una vivienda ahora? Son cuestiones de difícil respuesta, y mucho menos dar una válida para todo el mundo. Que los pisos van a seguir bajando es una obviedad; pensar que la financiación seguirá encareciéndose, también. Cada año son menos las personas que pueden plantearse comprar una vivienda, porque el mercado las va a expulsar al alquiler (hoy, la decisión es si comprar o alquilar; mañana será qué piso vamos a alquilar). Lo que le rebajamos al vendedor se lo pagamos en condiciones financieras más duras al banco, así que elija usted a quién va a destinar su riqueza, si al vendedor o al financiador. Por no hablar del empeoramiento generalizado de los impuestos y aranceles que, como buitres, revolotean en todas estas operaciones. Pero, en cualquier caso, no se crea el más listo de los compradores por demorar la compra. El único parámetro no es sólo el precio de venta de la vivienda (aunque sí el más relucido en cualquier conversación en la que no queramos parecer tontos por haber adquirido nuestro hogar). Nunca se ha podido escoger para comprar con tipos tan bajos, y con tan poca presión de la demanda.

Es triste ver que, cuando una persona que va a adquirir una propiedad, sea para el fin que sea, escoja como mejor consejo aquello de 'Ahórrate la inmobiliaria' sugerido por el típico primo que se cree inmobiliario. Sé que es reflejo de que las cosas no se han hecho como debiéramos, pero... ¿cuánto debe pesar el consejo de un familiar o un amigo en la inversión más importante de nuestra vida? ¿Debe pesar más que el consejo de un profesional inmobiliario, formado continuamente y que actúa de manera independiente? Los 'gurús familiares' aún siguen diciéndoles a sus hijos, primos o cuñados qué piso deben comprar y a cuánto compraron o hipotecaron ellos, que lo hicieron tan bien, pero que ahora no saben ni por asomo (y les importa poco) cómo lidiar la situación.

Entonces, ¿seleccionamos a un profesional o una propiedad? El proceso de compra de un inmueble o la localización de un local para nuestro negocio ha pasado a ser un proceso de alto riesgo. Pero este sector, créanme, basa su éxito en la profesionalidad, en lo humano y en la confianza. Así que mi consejo es: escoja al mejor asesor inmobiliario, elija al que más confianza le transmita y exíjale que le haga un trabajo satisfactorio para usted. Tenemos experiencia y conocimiento para seleccionar propiedades. En el análisis general del mercado, de nuestras necesidades, del inmueble, del análisis urbanístico, aspectos legales, financieros, hipotecarios, notariales, registros... ¿quién le asesorará mejor? Para atenderle en esto y en todas sus dudas durante el proceso, está su agente inmobiliario. No su primo.

Pronto saldrá a relucir la desgastada frase 'todas las inmobiliarias son unos piratas', contrarrestada por aquella otra de 'todos los compradores son unos especuladores'. Estas frases son leyendas inmobiliarias, aguas pasadas que no mueven molinos, igual que podemos seguir contando batallitas y sacando a relucir que mi hermano firmó a euribor más 0,5 o que nuestro padre lo hizo al 18% de interés. Dejémonos de historias, vayamos a la nuestra, la que nos importa: cómo la vamos a resolver y de la mano de quién vamos a ir.

Para afrontar el futuro de nuestro patrimonio inmobiliario actual y futuro, podemos elegir ir descalzos y sin armaduras a la batalla que toca librar o podemos escoger ir de la mano de un experto que luche a nuestro lado y que busque eliminar el estrés de la operación y maximizar nuestros beneficios. El buen profesional está especializado en zonas y debe ser capaz de decirle sin tapujos la situación en la que estamos y orientarle sobre cuál es el mejor camino que debe seguir según sus características y demandas. Debe ser alguien con conocimientos actualizados y renovados sobre el sector, en constante formación y con contactos en el mundo inmobiliario. Algo fundamental para poder dirimir cuál es la mejor opción para sus necesidades.

No es nada agradable sentarse con una familia asfixiada por las cuotas mensuales, con una hipoteca aplastante y con un reguero de préstamos personales y tarjetas que intentaron en su día salvar una situación temporal que se hizo eterna. Pero entre nuestras labores también están las menos agradables. A diario, hablo con mucha gente y todo el mundo dice que esto no volverá a pasar, pero yo les puedo asegurar que sí, que la avaricia y la vanidad van en el interior de las personas. Todos piensan «yo no soy tonto» y se suben al carro de la siguiente burbuja porque los demás van hacia allá.

Si algo he aprendido en los mas de 20 años que llevo en el sector inmobiliario familiar (tengo 38), es que cada historia de compraventa es distinta, influyen unos parámetros diferentes y tiene una solución diferente. Por eso, no se deje usted, amigo lector, influenciar por historias pasadas, ni por un primo o cuñado que cree saberlo todo. Y elija a un profesional como compañero de viaje en la aventura que supone adquirir un inmueble hoy en día.