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Rajoy ya tiene frase

«España tiene sed de urnas». El líder del PP se ha hecho un hueco en el ranking de mensajes con 'punch' electoral

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Con un auditorio de 4.000 personas enfervorecidas aplaudiendo todos los discursos es difícil salir mal parado. Pero si de todo lo que haces y dices también toman nota 31 televisiones, 22 periódicos, 18 radios, 12 agencias de noticias, 10 páginas digitales y una revista y encima sólo quedan cuatro meses para las elecciones municipales el golpe de efecto se hace necesario. Y el equipo de Mariano Rajoy lo tenía claro. Había que sorprender en el discurso con que el presidente de PP clausuraría la convención nacional del partido en Sevilla y acaparar titulares... pero positivos. Rajoy consiguió portadas y aperturas de informativos todo el fin de semana gracias a su «España tiene sed de urnas», una frase para nada improvisada que ha dejado huella y de la que se sigue hablando dos días después. Aunque el padre de la ‘criatura’ sea el líder popular, tras estas cinco palabras se encuentra el trabajo de un importante número de asesores en busca de una ‘píldora’ o de lo que los americanos denominan ‘sound bite’, una «mordida de información». Es decir, una frase corta que se quede en la memoria colectiva... o que si no lo hace a la larga, que por lo menos provoque una reacción en el electorado.

Rajoy y su «España tiene sed de urnas» se han hecho un hueco en la lista de mensajes electorales y le han situado en el candelero mediático. El ‘sound bite’ ha funcionado. No es una expresión para que la gente entienda a los políticos, «sino para que les presten atención; y no sólo con vistas a tus votantes convencidos, también a los indecisos, que en España se sitúan en torno a tres millones», comenta Yuri Morejón, asesor de comunicación pública y política y director de Yescom Consulting, quien trabaja en la actualidad con candidatos de cuatro partidos diferentes en varias comunidades autónomas.

Los políticos ponen algo de su cosecha, aunque los expertos hablan de que el 90% de estas llamativas e impactantes frases salen de la cabeza de un equipo en el que hay de todo: desde expertos en comunicación política, publicistas, politólogos, periodistas y especialistas en escenografía política hasta lingüistas, en especial cuando lo que está en juego es nada menos que la presidencia del Gobierno. «Puedes estar una hora hablando o dando un discurso, pero después sólo vas a tener 15 segundos de gloria en radio y televisión y un titular de unas cuentas palabras en los periódicos, de ahí que sea necesaria una buena y atractiva frase que resuma el mensaje», apunta Morejón.

Requisitos básicos

A simple vista, los ingredientes para cocinar un ‘sound bite’ son bastante sencillos. Sólo requieren una frase corta de unas pocas palabras, en comunión con lo que demanda el electorado en este momento, atractiva para los medios de comunicación y con gancho para que sea difundible fácilmente y permanezca en la memoria colectiva. Fuera todo atisbo de lenguaje burocrático o rimbombante. Adiós al barroquismo o a los tecnicismos.

Sin embargo, cumplir con estas condiciones no te garantiza el éxito. No es tan fácil dar con las palabras adecuadas y que encajen a la perfección con el líder que las pronuncia. «A otro político del PSOE le hubiera ido más que a Leire Pajín lo que dijo del ‘acontecimiento histórico del planeta’ en relación a la coincidencia de la presidencia de Obama en EEUUy de Zapatero en la UE, de ahí que le llovieran las críticas», recuerda Morejón.

Una vez desarrolladas todas las posibles ‘píldoras’ para un acto, la última palabra la tiene el político, que le da el ok final... y las ensaya debidamente, ya que en un discurso estas frases se mezclan con el todo. Aquí no hay nada de improvisación pese a que se busca la espontaneidad, naturalidad y frescura para ser convincente y llegar al público. «Es fundamental trabajar el tono, porque si no, puede quedar muy enlatado y perder el mensaje toda su fuerza. También la escenografía debe estar en consonancia», detalla el especialista de Yescom Consulting. Así que Rajoy tampoco se libraría de repetir bastantes veces delante del espejo eso de «España tiene sed de urnas». Ya se sabe que la espontaneidad es lo que vende ahora en política, con Miguel Ángel Revilla y Esperanza Aguirre como principales abanderados. Sin olvidar los grandes colocadores de titulares, como Esteban González Pons o Alfredo Pérez Rubalcaba. Del vicepresidente salió otro ‘sound bite’ reciente: «No es una mala noticia, pero ésta no es la noticia», en referencia al anuncio de la tregua de ETA.

El ‘boom’ en los medios

«Analizando el titular de Rajoy es una gran frase que lo tiene todo para conectar con la ciudadanía y que es fruto de un intenso trabajo previo de sus asesores. En unas pocas palabras se juega con la sed, aludiendo a un bien básico como el agua; con España, que es el mensaje que transmite el partido; y con urnas, que remite al adelanto electoral que piden muchos en este momento», remarca Iván Redondo, consultor de Redondo & Asociados, empresa galardonada con un Pollie Oro, los ‘Oscar’ de la comunicación política.

Aunque por muy estudiada y bien construida que estuviese la expresión para buscar su momento de gloria, si los medios no la hubiesen rescatado a bombo y platillo, la frase se hubiera perdido en el archivo de discursos del presidente del PP. Y ni siquiera se hubiese hablado de ella en las tertulias políticas. Y menos en la calle. «Eso sí, aunque cobren relevancia, se suelen olvidar con facilidad estas ‘píldoras’ salvo casos muy contados», explica Redondo, quien en su cartera de clientes cuenta con Antonio Basagoiti, Alicia Sánchez-Camacho y otros políticos de distinta ideología que no revela.

Algunas de estas vistosas sentencias, una vez que pasa su euforia, incluso se vuelven en contra del ‘padre’. ¿El mejor ejemplo? El de José Luis Rodríguez Zapatero y su mítica «España ha entrado en la Champions League de la economía mundial», una frase que le recuerdan casi a diario al presidente del Gobierno. Otras han engrosado el listado de dichos populares e incluso han llegado al repertorio de algunos cómicos. Alfonso Guerra se encontraba detrás de «El que se mueva no sale en la foto» o José María Aznar del recordado «¡Váyase, señor González!». El tiempo dirá lo que ocurre con Rajoy y su sed de urnas. ¿Pasará a ser el nuevo «Yes, we can» del PP?