La torre se ve desde cien kilómetros de distancia en el desierto. :: EFE
Sociedad

El nuevo techo del mundo

El mayor rascacielos de la historia, con una altitud de 828 metros, fue inaugurado ayer en Dubai

DUBAI. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

:: El mayor rascacielos del mundo, con sus 828 metros desde el nivel de la calle hasta su pináculo, fue inaugurado ayer por todo lo alto con un espectáculo de luz, música y fuegos artificiales. El primer ministro de Dubai, jeque Mohamed bin Rashid al Maktum, presidió la ceremonia, en la cual el edificio, conocido como Burj Dubai, fue rebautizado como torre Califa en honor al presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el califa bin Sayed al Nahyan.

La altura exacta del edificio, que desbanca con enorme margen a la que hasta ahora era la torre más alta del mundo, la Taipei 1001 de Taiwán, con 509 metros, era el secreto mejor guardado en los emiratos, que finalmente fue desvelado ayer.

El rascacielos, con forma de aguja y 192 plantas, ha costado 1.500 millones de dólares (1.040 millones de euros). Más de 12.000 obreros, 7.500 ingenieros y varias empresas, lideradas por la surcoreana Samsung Corporation, han tardado cinco años en construirlo.

A la ceremonia de apertura acudieron unos 6.000 invitados, mientras que unos mil agentes se encargaron de velar por la seguridad.

Según la compañía inmobiliaria emiratí Emaar, que ha desarrollado el proyecto, el edificio, que se abrirá al público a partir de hoy, dispone de 1.044 apartamentos de lujo, además de 49 plantas dedicadas a locales comerciales y oficinas y 160 habitaciones de hotel.

Pero la torre no es sólo la más alta del mundo, ya que bate otros récords: por ejemplo, uno de sus 57 ascensores está considerado el más rápido del mundo y cubre, además, la distancia más larga recorrida por un elevador, porque llega hasta su último piso. Asimismo, en la planta número 124 se abre el mirador más alto del mundo, desde el cual se contempla todo Dubai. La piscina a mayor altura se encuentra en el piso 67 y la mezquita se sitúa en el 158.

La torre dispone de ocho escaleras mecánicas y de un aparcamiento subterráneo con capacidad para 3.000 vehículos. Cuenta, también, con un gimnasio de cuatro plantas, el primer hotel de la firma de moda italiana Giorgio Armani y once hectáreas de parque a su alrededor, con seis fuentes y grandes estanques.

Uno de sus promotores, Mohamed al Abbar, aseguró ayer que el 90% del rascacielos «ya está vendido», lo que se espera que beneficie al mercado inmobiliario del emirato, que atraviesa una profunda crisis financiera.

Una nueva dimensión

La torre Califa, con sus 828 metros, sobrepasa en más de 300 al que hasta ahora era el más alto del mundo, el Taipei 1001, inaugurado en 2004 en la capital de Taiwán, de 509 metros de altura. El Centro Financiero Mundial de Shanghai (SWFC), inaugurado en agosto de 2008, es el tercer rascacielos más alto del mundo y el mayor de China, con 492 metros de altura y 101 pisos.

Le siguen las Torres Petronas, con 452 metros, en Kuala Lumpur, inauguradas en 1998; y la Torre Sears, en Chicago, terminada en 1974 y que, con sus 442 metros, fue durante casi veinticinco años el mayor rascacielos del mundo. Las Torres Gemelas de Nueva York, que se derrumbaron tras los atentados del 11-S, tenían una altura de 417 metros, y el Empire State, de 1931, alcanza los 381 metros.