El afectado, que se declara «destrozado», exige «igualdad» a las autoridades. :: EDUARDO ABAD. EFE
ANDALUCÍA

El padre absuelto de abusos pide que su ex mujer pague por la denuncia falsa

El denunciante reclama la custodia de su hija, a la que no ve desde hace seis años, y advierte de que pese a las dificultades llegará «hasta el final»

SEVILLA. Actualizado: Guardar
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Justicia y que aquellos que le acusaron falsamente de abusar de su hija, entonces de dos años, paguen por ello. Eso es lo que exige el padre al que la Audiencia de Sevilla ha absuelto de abusar sexualmente de su pequeña, pues las lesiones de la niña eran porque ella misma se había rascado en su zona genital por las lombrices que padecida. El progenitor se mostró ayer contundente y solicitó «igualdad» y que su ex mujer pague por haberle puesto una denuncia falsa.

«Una hija duele mucho; yo lo que pido es igualdad y que el que cometa el fallo que lo pague; si yo soy inocente, cómo la otra parte va a quedar impune; que los que manden hagan hincapié en esto; ahora quiero que me den la custodia de mi hija y su madre que pague lo que tenga que pagar, que haya justicia para los dos no para uno sólo», dijo el afectado, M.A.T.B., de 37 años.

M.A.T.B. aseguró en declaraciones a la agencia Efe que todo lo ocurrido se ha debido a una denuncia falsa de su ex mujer, lo que le ha costado seis años sin ver a su hija , que ahora tiene ocho. Antes de ser denunciado tras un proceso de separación matrimonial, M.A.T.B. trabajaba como autónomo para unos grandes almacenes, pero tras estos seis años ha contraído cáncer de colon y de piel, está sumido en una depresión crónica, ha sufrido dos intentos de suicidio y se halla en permanente tratamiento psicológico, con una pensión por enfermedad de 301 euros.

Además está seguro de que su hija , a la que no ve desde hace seis años y que, según añadió, se refiere a él como «el hombre malo», padece Síndrome de Alienación Parental (SAP), inducido por la madre para que le deteste a él.

Familia destrozada

«Mi familia está destrozada, yo también y mi hija no conoce a su padre; yo no puedo dormir más de una hora seguida, cogí problemas graves de estómago y depresiones», declaró el afectado, quien sobre la futura relación con su hija declaró: «Va a ser difícil; a lo mejor tengo que ir a recogerla a su casa, pero cómo me las apaño yo para decirle 'soy tu papá', eso cómo se hace, cómo se dice».

Muy afectado emocionalmente por lo padecido durante los últimos años, M.A.T.B. aseguró que sus otros dos hijos, de otra relación posterior, no han tenido ningún contacto con su hija mayor, ni su familia ha vuelto a verla tampoco.

«Hay que ser más contundente en estos casos; a mí me han privado de ver a mi hija casi siete años; esto no puede durar tanto y hay que investigar a las dos partes; con tanto tiempo hasta las pruebas se pueden perder, y el daño físico y psicológico que te causan a ti y a tu familia, ...», explicó.

Sobre si va a pedir indemnización, dijo que llegará «hasta el final» aunque lamentó que «cuatro o cinco denuncias falsas semanales que hay queden impunes, y no suceda nada.» También reclamó a las autoridades que actúen. «Que echen cuentas de estas cosas, que me he tirado siete años sufriendo como un perrillo, que me han destrozado mi segundo matrimonio también; soy inocente, pero yo ya lo sabía, quien me devuelve ahora mi felicidad», apostilló.

«He estado acusado de una cosa muy grave, eso ya no me lo quita nadie, y más en los pueblos», señaló para añadir que siempre lo han tratado como si fuera culpable y que se ha sentido acosado.

Sobre el delegado del Gobierno para la violencia de Género, Miguel Lorente, aseguró que le gustaría tener fuerza suficiente para decirle personalmente que «no es un hombre justo» por negar la existencia del SAP.

La denunciante, M.L.G., fue denunciada con anterioridad por el afectado por no dejarle llevarse a la niña en su turno de visitas, por lo que sus manifestaciones «son altamente interesadas y con una subjetividad negativa hacia el acusado», según la sentencia.

La Audiencia de Sevilla recuerda en su sentencia que la principal prueba del abuso era el testimonio de la madre, que se produjo «en el contexto de una conflictividad conyugal» durante al proceso de separación matrimonial.