:: TEXTO: ESTER REQUENA :: FOTOGRAFÍA: GOPAL CHITRAKAR/REUTERS
Gente

Reunión en la cumbre

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Los ministros nepalíes se plantaron el gorro, los guantes, las botas de montaña y el forro polar para celebrar un peculiar consejo de gobierno a más de 5.000 metros de altura, al cobijo del imponente Everest. Atrás dejaron sus caldeados despachos ministeriales y cambiaron sus escritorios por sillas y mesas de plástico difíciles de anclar al llano de Kalapathar. Nada mejor que el techo del mundo para no tomar decisiones en caliente y firmar la 'Declaración del Everest', documento que alerta sobre los efectos del calentamiento global en la cordillera del Himalaya: los glaciares se han derretido un 7% en cuatro décadas, formando un río y medio centenar de lagos, y la temperatura media ha subido un grado desde 1980.

La cumbre del clima de Copenhague está a la vuelta de la esquina y es el momento de hacerse notar... aunque sea a varios grados bajo cero. El gélido consejo apenas duró 20 minutos. El tiempo de aprobar a mano alzada la propuesta y hacerse la foto para la posteridad con el Everest como excepcional testigo. Las ráfagas de viento helado cortaron en seco cualquier posibilidad de polemizar. Tal vez habría que trasladar nuestro Congreso hasta allí arriba. Sólo para probar. Igual hasta se entienden. O no, y el cuerpo se les congela antes que las ideas.

Por cierto, la original proeza de los políticos nepalíes no resultó nada sencilla. Algunos ministros tienen más de 70 años, otros sufren sobrepeso y la mayoría no están acostumbrados al mal de altura. Por eso, las mascarillas y bombonas de oxígeno no faltaron en el equipaje. Y aun así hubo mareos. Bienvenidos sean por salvar el Himalaya.