Un policía filipino en Maguindanao. / EFE
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La disputa política entre distintos clanes filipinos deja casi 50 muertos

MANILA Actualizado: Guardar
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La magnitud del enfrentamiento tribal que el pasado lunes provocó 21 muertos, todos ellos decapitados, al sur de Filipinas empieza a apreciarse con nitidez. Las fuerzas de seguridad del archipiélago elevaron ayer el número de fallecidos a 46 después de hallar dos fosas comunes. Los cuerpos aparecieron enterrados en dos parajes cercanos al lugar en el que se encontraron las primeras víctimas. Al parecer, todos los asesinados pertenecían a un caravana de políticos y periodistas que pretendían formalizar la candidatura a gobernador de Ismail Magudadatu para las elecciones del próximo mayo. El Gobierno ha impuesto el estado de excepción y ha desplegado a centenares de soldados para evitar posibles venganzas.

El espeluznante suceso, según informó la Policía filipina, ocurrió en la mañana del lunes. Seguidores de Magudadatu, entre ellos su esposa, acudían a presentar su candidatura a los comicios acompañados por una veintena de periodistas. Para evitar represalias en una zona controlada por el todopoderoso jefe tribal Andal Ampatuan, aliado del Gobierno de Gloria Macapagal, la caravana electoral circulaba sin su líder ni otros representantes del grupo. La comitiva, sin embargo, fue detenida inesperadamente por un centenar de hombres armados vinculados al clan Ampatuan.

Veinte periodistas

Horas después, el baño de sangre se había consumado. Primero aparecieron 21 cuerpos decapitados y ayer fueron descubiertos otros 25. Según varios testigos, los cadáveres habían sido enterrados apresuradamente y presentaban tanto heridas de bala como de machete. El Sindicato de Periodistas filipino explicó que al menos 20 fallecidos trabajaban en los medios de comunicación. El archipiélago es uno de los países más peligrosos para ejercer la profesión, ya que en los ocho años de gobierno de Macapagal han perdido la vida al menos 74 profesionales y sólo se han contabilizado cuatro condenas.

Con la última matanza, todo indica que Ampatuan pretende impedir que su rival le dispute el puesto en las urnas. El actual gobernador, que hasta dispone de un ejército privado, controla junto a sus treinta hijos 18 de los 22 municipios de la provincia de Maguindanao. Las luchas entre clanes se repiten desde hace años en los meses previos a las elecciones en Filipinas.