PAN Y CIRCO

No es lo mismo

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No es lo mismo perder que empatar y, aunque está claro que es mejor ganar, la crisis inunda todos los sectores y no podemos quejarnos. Tampoco es lo mismo empatar a cero, que suele ser señal de aburrimiento total, que hacerlo a dos. Un partido con cuatro goles es sinónimo de espectáculo y más cuando son repartidos, pues cuatro también se marcaron la semana pasada y yo no quiero ni acordarme. Ni siquiera es lo mismo que te empaten a que tú seas el que empata, y mucho menos si son dos veces las que tienes que hacerlo. Todo ello significa que a toda acción contraria le seguía una reacción propia, un toma y daca muy atractivo. Por supuesto, tampoco es lo mismo protestar por un arbitraje por entender que te descolocó a un futbolista que hacerlo por no pitarte un penalti en el último minuto, la diferencia es brutal. Y por lo visto, no fue lo mismo el Cádiz de la primera parte al de la segunda. El hecho de anotar dos goles lo dice todo, pero me da la impresión que fue algo más. Dicen que con la salida de Fran Cortés todo el dominio del balón demostrado domingo tras domingo se convirtió en peligro. Y todo porque Fran jugó de lo que es, de mediapunta, y Carlos Caballero de lo que es, de mediocentro. Parece sencillo pero por lo visto no lo era. Es cierto que el Cádiz tiene lo que tiene y puede ser que no sea para tirar cohetes, pero si encima lo poco que tenemos lo usamos mal, o sencillamente no lo usamos, pues parece que tenemos mucho menos que lo que tenemos. Hay dos o tres futbolistas en esta plantilla que, aunque no sean unos cracks, son muy válidos para un equipo que tiene la permanencia como meta. No voy a decir sus nombres, pues nombre que sale en la prensa, va a la grada. Y seguro que si jugaran ellos, no sería lo mismo. De Diego Tristán ni hablo, porque es más de lo mismo.