Deportes/Mas-Deportes

El Kers muere en siete meses

La inversión más costosa realizada por los equipos que participan en el Mundial de Fórmula Uno, y que llegó a ser de cincuenta millones por escudería, no ha alcanzado el año de existencia

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

La duda a principio de año parecía un dilema de Shakespeare. Kers o no kers. Fue tal la atrofia mental de las escuderías de Fórmula 1 respecto al uso o no de este turbo supersónico que unas lo desarrollaron como si fuese el maná y otras no quisieron ni oír su nombre como si fuese la peste. Siete meses después de la mayor inversión que ha realizado cada equipo en la Fórmula 1 durante 2009 -casi 50 millones-, el sistema ha muerto. En su última reunión, la Asociación de Equipos de F-1 (FOTA) acordó por unanimidad suprimir el kers para 2010. Adiós a la energía extra del calor que procuraba cada frenazo, adiós al bono suplementario de caballos (80) que los pilotos disponían durante seis segundos para realizar adelantamientos, aprovechar las rectas o darse impulso en las salidas. Adiós, también, a los 50 millones que ha costado su desarrollo.

BMW y McLaren se lanzaron a la búsqueda del santo grial en una fabricación propia como corresponde a dos equipos que suministran componentes a otros rivales. El resto compró la opción de Magneti Marelli (Ferrari, Red Bull, Renault...). Mientras Brawn daba con la tecla de los dobles difusores y ganaba carreras con el todavía líder del Mundial y primer aspirante a campeón Jenson Button, los demás trataban de acoplar el peso del Kers a sus monoplazas.

Las escuderías comenzaron a desconfiar pronto porque todos le vieron los mismos incovenientes. Si todos los pilotos apretaban el botón mágico en el mismo punto, nadie rentabilizaría sus ventajas. En China (la tercera carrera del Mundial, mes de abril), varias escuderías ya no lo utilizaron.

Críticas

Por entonces, el ahora apestado y sancionado Flavio Briatore sintetizó muchos pensamientos en una frase genial: «El Kers sólo sirve para tirarlo al mar con un ancla». También otras voces criticaron el apéndice. «Si quitan el Kers de los coches, los aficionados no lo echarán de menos», manifestó el australiano Mark Webber. «No tiene mucho sentido este sistema en tiempos de crisis», adujo Fernando Alonso. Los 50 millones que costó su puesta en marcha es más del presupuesto que pretendía imponer la FIA a los equipos a partir de 2010 (45 millones). En las últimas carreras sólo Ferrari y McLaren se han decantado por el dichoso invento. Y, desde luego, ningún piloto ha ganado ningún Gran Premio por el Kers.