Natural. Angelika Schaub posa junto al queso premiado en la finca arcense donde los elabora. / a. romero
el mejor queso ecológico de españa

El tesoro de la cabra verde

ARCOS Actualizado: Guardar
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Angelika Schaub y Thomas Hacnel, dos alemanes afincados en Arcos, reflexionaban ayer en su finca y trataban de digerir el mayor logro profesional que podían esperar. Uno de sus quesos, las medallas de queso joven en aceite de oliva, ha sido reconocido como el mejor queso ecológico de España, según el Ministerio de Medio Ambiente.

Pero este galardón, del que se encontraban muy orgullosos, no era más que la constatación de que ellos han encontrado su particular cabra verde. Angelika ocupaba sus días en su Alemania natal trabajando para la multinacional Danone, de reunión en reunión, y pegada a un teléfono, mientras que Thomas lo mismo buscaba acuíferos que se dedicaba a las explotaciones petrolíferas, como geólogo. Ambos decidieron romper con esa vida tan convencional y estresante y buscar en el mundo su pequeño paraíso, su peculiar cabra verde, como finalmente no han tenido más remedio que bautizar su empresa.

El lugar elegido para implantarse fue Arcos, después de pasar por Antequera y Vejer, porque encontraron una finca que les fascinó, como ya lo había hecho la belleza de la ciudad monumental serrana. Hace un año comenzaron a elaborar quesos con la mejor de las materias primas, la leche de cabra payoya, y hace unos días un fax terminó por reconocerles lo que hace meses que ya sabían sus clientes.

Su clave para conseguir el mejor producto del Estado, en esta categoría, ha sido el afán por superarse, la dedicación y la valentía. Su proyecto se tambaleó en muchas ocasiones pero los sueños, las cabras verdes, hay que perseguirlos porque morir en el intento también puede ser un logro. En su cabeza, en la de Angelika, no había lugar para el abandono y siguió adelante con su gran sueño. Lo más curioso de la madre del que hoy es el mejor queso ecológico de España es que ella nunca se había dedicado a elaborar quesos. Trabajaba en una gran industria alimentaria pero ni siquiera tocaba el producto. Antes de comenzar a elaborar este magnífico queso tuvo que formarse, aprender de los que sabían y experimentar muchísimo, con la ayuda de los amigos que hacían de jurado de estas suculentas pruebas.

Ahora dedica muchas más horas a elaborar quesos que las que antes dedicaba a trabajar, pero su labor es su gran pasión. Sus manos son todos los instrumentos que utiliza para producir quesos y yogures ecológicos y el resultado salta a la vista... O al gusto de aquellos que tienen el placer de disfrutar de uno de los pocos quesos que se producen con los 25.000 litros de leche ecológica de las que disponen y que son pieza fundamental de este éxito. Los sueños no sólo se persiguen sino que a veces se consiguen, aunque haya que pintarlos de cabra verde y el mono azul del trabajo.