Opinion

Águilas de carretera

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Dos parejas de águila pescadora con sus dos pollos vuelven a hacer nidos en torno al pantano de Guadalcacín, cerca de San José del Valle, y otros tres en las marismas del Odiel. Lo curioso es que, en cierta medida, son águilas de carretera porque la investigación que ha permitido dicho milagro fue sufragada por las medidas compensatorias de la construcción de la autovía Jerez- Los Barrios, a través del parque de Los Alcornocales. Dicha especie se extinguió de la Península hace más de medio siglo y, en los últimos seis años, un equipo del Centro Superior de Investigaciones Científicas, dirigido por Miguel Ferrer ha soltado durante los últimos seis años 108 pollos, procedentes de Alemania (68), Finlandia (20) y Escocia (20). En dichos países, adquirieron la impronta de especie: esto es, a falta de espejos se reconocieron en sus progenitores, pero los biólogos lograron engañarles respecto a su lugar de nacimiento: «Las jóvenes águilas pescadoras realizan sus primeros vuelos en el lugar elegido, que desde ese momento consideran su lugar de nacimiento. A esta área retornan al alcanzar su madurez sexual para reproducirse, con lo que se consigue que la especie vuelva a criar en lugares donde desapareció», afirma Ferrer, que participó en el desdoblamiento de la carretera comarcal 440 antes de su conversión en A-381. Ahora, han vuelto a casa tras emigrar a Mali y Senegal, en donde han pasado sus dos primeros años de vida.