EL AVATAR

Nuevos golfos

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El golfo ha sido siempre el pillo, el sinvergüenza, el granuja... ese amiguete o compañero al que le sobraba picaresca para zafarse de las normas. Era aquel que en el colegio daba la nota y le colocaban al lado del más responsable para que adquiriera las conductas correctas. Con la paciencia suficiente y la presión de sentirse distinto a los demás, el golfo cambiaba. En la mayoría de los casos sacaba adelante sus estudios y por lo menos se planteaba que tenía que hacer algo con su vida. Entonces había unos valores que ahora se han perdido. Escasean hasta las virtudes que abanderaba ese golfo del pasado que con su creatividad e imaginación sobrevivía en un grupo que reprobaba su actitud.

El problema es que hoy en día abundan y se multiplican los golfos. Han radicalizado sus formas. Porque para ellos no hay normas sociales ni autoridad. Se protege al menor en exceso y sin embargo en todos los ámbitos de la vida adulta se generaliza la falta de honestidad. Mientras protagonizamos este descalabro, miramos hacia otro lado y analizamos por qué sucede esto con los jóvenes, por qué muchos de los que forman esta sociedad se convierten en delincuentes que hacen carreras ilegales, queman coches o rompen el mobiliario urbano. Para que el futuro sea prometedor la educación tiene que ser lo primero y esa misión nos corresponde a todos.

Pero sobre todo, nos toca ser consecuentes con nuestros actos. Tanta confrontación y debate entre padres, profesores, psicólogos, políticos, jueces... no hace sino alejarnos de la realidad y convertirnos en nocivos ejemplos para este nuevo modelo de golfo.