el laberinto

Obesidad y compañías aéreas

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Nadie duda de la importancia de consumir una dieta equilibrada ni de los efectos negativos que la obesidad tiene sobre nuestra salud. Aunque no hay tema más controvertido en el campo de la dietética que el de fijar unas referencias que se acepten universalmente sobre la dieta óptima, parece ser que la de los españoles deja mucho que desear de acuerdo a las recomendaciones RDA. Ingerimos una cantidad excesiva de alimentos de origen animal, de proteínas y de grasas, con un exceso de calorías que sobrepasan en un 17% a las recomendadas, mientras que nuestro aporte en fibra y carbohidratos es claramente insuficiente. De otro lado cada vez es más preocupante el creciente número de personas con trastornos alimentarios de diversa índole o la alta incidencia de obesidad en nuestros jóvenes, cuestiones todas ellas con riesgos realmente nocivos sobre la salud y la calidad de vida. Se trata de una situación que ha dado origen a llamadas de alerta por parte de las instancias sanitarias y educativas y que exige medidas concretas y eficaces para afrontar lo que puede convertirse en una epidemia del siglo XXI.

Lo que sorprende es que sean las compañías aéreas las que con mayor énfasis y preocupación se hayan puesto a trabajar por nuestra salud, estableciendo medidas realmente efectivas ya que atañen directamente a nuestros bolsillos en una época en la que no estamos para gastos excesivos. En la prensa de la pasada semana nos encontramos con el anuncio de United Airlines de que a partir de ahora las personas obesas deberán pagar billete doble, sumándose así a lo que ya es habitual en otras compañías menos conocidas. Aunque los representantes de la United han indicado que la medida se debe a las quejas recibidas por parte de cientos de pasajeros que se sienten incómodos al viajar junto a un obeso, obviamente se trata de una mera excusa que no oculta su verdadera preocupación por nuestros malos hábitos alimenticios, como también lo es la eliminación de comidas durante los trayectos. Porque si fuese por las quejas de los pasajeros ya se habrían resuelto los retrasos injustificados, las cancelaciones de última hora y sobre todo el overbooking.

Tanta es la preocupación por nuestra salud, que la compañía se suma a los investigadores de la obesidad ofreciéndonos una nueva definición de ésta: «estado que supone el no poder bajar el apoyabrazos y no poder abrocharse el cinturón de manera adecuada». Es naturalmente una definición preliminar porque nada dice de los efectos de las rodillas del pasajero del asiento posterior sobre nuestras espaldas. Aunque quizás esto último puede justificarse como masaje terapéutico dentro de las líneas de actuación en beneficio del pasaje. Me queda sin embargo la duda de los efectos que sobre el plano sagital del pasajero que haya tenido que comprar dos asientos tendrá el apoyabrazos que no se baja y si se tomará alguna medida para que las ahora 2 mesitas plegables no le estrangulen a uno el estómago. También me pregunto, puesto que mi índice de masa corporal está por debajo del rango óptimo, si en el próximo vuelo me harán alguna rebaja.